La gastronomía mexicana es reconocida como Patrimonio Cultural de la Humanidad por su variedad de sabores y mezclas, tradición prehispánica e influencia regional e internacional.

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Recetas familiares, secretas y exóticas, hacen de los platillos una experiencia única al paladar. Picante, dulce, salado, adobado, agrio, amargo, en fin, no hay secreto, hay técnica, experiencia, una forma única de combinar los ingredientes.

Anthony Bourdain, el famoso chef norteamericano, que conoció el mundo por su comida, escribió alguna vez “pasé la mayor parte de mi vida como cocinero trabajando con mexicanos. En casi todas las cocinas en las que tropecé, desorientado y temeroso, fue un mexicano quien me cuidó y me mostró cómo hacer todo”.

Hace unos días, tradicionales platillos fueron reconocidos en el país. Hidalgo y Tlaxcala ganaron el concurso ¿A qué sabe la patria?, organizado por la Secretaría de Economía y la Secretaría de Cultura del gobierno de México, a través de su programa “Las semillas que nos dieron patria”.

De entre 565 participantes individuales y 114 grupos de 30 entidades del país, resultaron ganadores el “Atole de maiz morado” de Ixtenco Tlaxcala y el “Xincoyote relleno de escamoles y flor de palma en hoja de maíz”, del municipio de Santiago de Anaya, Hidalgo.
Para ello, los jueces consideraron el sabor, textura, historia, importancia para la comunidad trabajo del cocinero y su esfuerzo para difundir su cultura.

Hay que recordar que la gastronomía de México se encuentra dentro de los cinco primer lugares en el mundo, comparte codo a codo el prestigio de Italia, Francia, Japón y China.

¿Qué tal unos tamales con un atole de chocolate o un pozole acompañado por tacos de escamoles?