Por: Isaías ML

@pistorey

Llegamos al mes de septiembre en donde se come de todo: pozole, chiles en nogada, pambazos, tostadas y, sobre todo, quesadillas, porque no hay nada mejor para celebrar nuestra independencia que comer nuestra comida típica. 

Y justo por ello, teniendo en cuenta que las quesadillas son uno de los platillos más representativos de la cocina mexicana, pero también uno de los más polémicos, quise dedicarle tiempo a escribir sobre su origen y el eterno debate que ustedes ya saben cuál es. 

A lo largo del tiempo, se ha discutido sobre qué ingredientes definen a una quesadilla, especialmente cuando se trata de que si llevan o no llevan queso. Independientemente de este debate, las quesadillas tienen una historia rica que refleja la evolución cultural y culinaria de México.

¿Qué es una quesadilla?

En su forma más básica, la quesadilla es una tortilla rellena que se dobla a la mitad y se cocina hasta que los ingredientes de su interior están calientes y la tortilla alcanza el punto deseado, ya sea blanda o crujiente. Tradicionalmente, se usa una tortilla de maíz, aunque en algunas regiones de México, especialmente en el norte, también es común utilizar tortillas de harina.

El origen prehispánico de las quesadillas

El origen de las quesadillas se remonta a la época prehispánica, cuando las tortillas ya formaban parte de la dieta de las civilizaciones mesoamericanas, como los aztecas. Estas culturas utilizaban tortillas de maíz para envolver diversos ingredientes como hongos, chiles y nopales. Aunque el queso no era un ingrediente tradicional, el acto de rellenar las tortillas ya era común.

Cuando los españoles llegaron a México en el siglo XVI, trajeron consigo productos lácteos, incluyendo el queso. Esto permitió la creación de nuevas combinaciones culinarias, como la mezcla de tortillas con queso fundido. Así es como las quesadillas, tal como las conocemos hoy, comenzaron a tomar forma.

La evolución en la época colonial

Durante la época colonial, el intercambio cultural entre indígenas y españoles enriqueció la gastronomía mexicana. La quesadilla, como resultado de esta fusión, adquirió la versatilidad que hoy conocemos. La introducción de ingredientes europeos como el queso, así como técnicas culinarias traídas por los españoles, permitió que este platillo se transformara y adaptara a diferentes gustos y regiones del país.

En el centro de México, especialmente en la Ciudad de México, la quesadilla se popularizó como un antojito en mercados y puestos callejeros. Además, el debate sobre si la quesadilla debe llevar queso o no también surgió aquí, pues en esta región muchas veces se rellena con otros ingredientes como flor de calabaza, huitlacoche, chicharrón o champiñones, sin necesariamente llevar queso.

La quesadilla y su diversidad regional

Una de las características más fascinantes de la quesadilla es su diversidad regional. En el norte de México, por ejemplo, las quesadillas se preparan comúnmente con tortillas de harina de trigo y, casi siempre, llevan queso. En el sur, como en Oaxaca, es común encontrar quesadillas rellenas con quesillo (conocido como queso Oaxaca), un tipo de queso que se funde perfectamente.

En lugares como el estado de Guerrero, las quesadillas se cocinan en comales de barro y suelen estar rellenas de ingredientes autóctonos como chapulines o flor de calabaza. En otras zonas, como Puebla o Michoacán, las quesadillas pueden llevar mole o tinga, reflejando así la creatividad y abundancia de la cocina local.

El debate del queso: ¿llevan o no llevan?

Uno de los temas más debatidos acerca de las quesadillas es si deben llevar queso. En algunas partes de México, como la Ciudad de México, una quesadilla puede o no llevar queso, dependiendo del gusto del comensal. En cambio, en otros estados, como Chihuahua o Sonora, si una quesadilla no tiene queso, simplemente no es una quesadilla.

El debate puede parecer trivial, pero refleja la diversidad cultural de México y cómo un mismo platillo puede tener diferentes interpretaciones según la región. Para muchos mexicanos, la respuesta es clara: depende de dónde estés y cómo prefieras tu quesadilla.

Las quesadillas son un ejemplo de la riqueza y diversidad de la gastronomía mexicana. Aunque su origen se remonta a tiempos prehispánicos, la fusión con ingredientes europeos como el queso permitió su evolución hacia lo que hoy conocemos como una quesadilla. 

Con o sin queso, este platillo sigue siendo un favorito tanto en México como en el extranjero, y su historia refleja el cruce de culturas y sabores que hacen de la cocina mexicana una de las más queridas en el mundo.