La cena en el restaurante Hunan de Las Lomas le salió cara a Emilio Lozoya y el pato laqueado, ¡más que pesado!

Esta tarde, el juez de control del centro de justicia penal del Reclusorio Norte, Artemio Zúñiga Mendoza, impuso al ex director de Pemex prisión preventiva tras la solicitud de la Fiscalía General de la República (FGR), que advirtió un posible riesgo de fuga.

El juez manifestó que él desde un principio lo había considerado necesario. Y, ante la negativa inicial de la FGR de solicitar la medida, fue hasta ahora que la impuso. 

No obstante, aclaró que la asistencia de Lozoya Austin a un restaurante de lujo no fue determinante para tomar la decisión, pues previamente no había ninguna restricción. 

“Quiero dejar en claro que la medida cautelar de la que gozaba no implicaba limitación alguna salvo el hecho de portar un brazalete electrónico, no salir del país, y su presentación periódica ante la autoridad correspondiente. Bajo ninguna circunstancia se le prohibió acudir a algún lugar o a otro, en principio porque se garantiza la presunción de inocencia”, declaró el juez. 

“De tal manera que el señor Lozoya haya acudido o no a un restaurante escapan al análisis de este juzgador y no son motivo para modificar la medida cautelar”, agregó. 

Lo que sí consideró el juez para tomar la decisión fue la red de ayuda que Lozoya podría tener para fugarse, la cantidad de recursos económicos que tiene para ello, así como la pena de los tres delitos que se le imputan al ex director de Pemex: asociación delictuosa, lavado de dinero y cohecho.

A ese respecto, el agente del Ministerio Público de la Federación argumentó que Lozoya Austin cuenta con al menos 2 millones de euros de acuerdo con investigaciones recientes, los cuales podría utilizar para poder sustraerse de la justicia y esconderse en algún otro país como Alemania, donde reside su esposa, Marielle Helene Eckes.

“El criterio de oportunidad que negocia el imputado no se ha materializado y existe la posibilidad de evadirse de la justicia, ya que hay una red de ayuda y cuenta con los recursos suficientes, por ello voy a establecer que hay un elevado nivel de cautela y va usted a estar en prisión preventiva justificada en el Reclusorio Varonil Norte”, señaló el juez. 

Los abogados de Lozoya, Miguel Ontiveros y Alejandro Rojas, pidieron para su cliente la prisión domiciliaria pero el juez rechazó la solicitud. 

En su lugar, Zúñiga Mendoza pidió a la FGR tomar las medidas necesarias para garantizar que Lozoya sea ubicado en una celda separada de la zona en la que se encuentran recluidos personajes como el ex senador campechano Jorge Luis Lavalle, a quien señaló de estar involucrado en los sobornos que presuntamente repartió. 

En todo esto, destaca la actuación de las autoridades federales, quienes en 15 meses desde que llegó extraditado de España Emilio Lozoya no fueron capaces de echarle el guante argumentando que habría un criterio de oportunidad con tal de que diera santo y seña de todo lo que ocurrió con Pemex y Odebrecht. 

Sin embargo, la historia dio un vuelco con las imágenes de Lozoya cenando en un restaurante de lujo aún cuando ha sido señalado por delitos graves. Es decir, en total impunidad. 

Parece que el Gobierno federal está dispuesto a proyectar que ya no hay impunidad con tal de mantenerse otro rato en el poder.  

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