La crisis migratoria en México tiene muchas caras. Hay quienes huyen de la violencia, de la pobreza o de ambas. En el caso de las personas haitianas, salen de un país sin estabilidad política y fuertemente azotado por desastres naturales. Escuchamos también de los menores no acompañados y las dificultades que viven en los centros de detención o los riesgos particulares que hay para las mujeres. Hay otro grupo del que casi nunca escuchamos y cuyas historias son prácticamente desconocidas: los y las migrantes LGBT+.

Muchas personas de la diversidad sexual no sólo migran a causa de la pobreza y la inseguridad que sufre la población en general en sus lugares de origen. Las personas LGBT+ también migran por la violencia que sufren por su preferencia sexual o su identidad de género, por la discriminación económica y social que enfrentan en sus países e incluso por dificultades para acceder a servicios de salud.

Una vez que salen de sus localidades, las poblaciones LGBT+ enfrentan nuevas dificultades específicas en sus procesos de tránsito hacia México y a través del país. Por ejemplo, la asociación Una Mano Amiga en la Lucha contra el SIDA ha registrado que, en su paso por las estaciones migratorias, hay personas que padecen abuso sexual, humillaciones, robo y extorsión motivadas por ser miembros de la comunidad de la diversidad sexual y de género.

El antropólogo Óscar Salvador Torres, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), explica que otro de los retos específicos que experimentan hombres homosexuales en Tijuana es el estigma que se pone sobre ellos como personas hipersexualizadas o la suposición de que son trabajadores sexuales por el simple hecho de ser migrantes sudamericanos o caribeños.

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En la caravana de alrededor de 3 mil migrantes que en estos días avanza hacia la Ciudad de México para exigir trato digno, hay un grupo de 35 personas de la comunidad LGBT+. Se ha registrado que el grupo sufre discriminación de otros y otras migrantes del contingente. De manera cotidiana reciben insultos, amenazas, empujones y golpes. Los integrantes de este grupo provienen de Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.

De acuerdo con un informe del Instituto Williams de la Universidad de California en Los Ángeles, las solicitudes de asilo de personas LGBT+ en Estados Unidos se triplicaron entre 2012 y 2017, pasando de 1,100 a 3,500. La mayoría de los y las solicitantes provienen de Centroamérica, especialmente de El Salvador, Honduras y Guatemala.

Con la crisis migratoria, México tiene en sus manos enormes desafíos diplomáticos, de derechos humanos, de capacidades administrativas, entre otros. Uno de los pasos indispensables para dar pasos en el sentido correcto es reconocer las diferentes necesidades de las personas migrantes. En el caso de las personas LGBT+ es indispensable comenzar con un diagnóstico claro de los perfiles de quienes componen estos flujos migratorios e identificar las dificultades específicas que enfrentan en su paso por México. Con base en esa información, las autoridades mexicanas deberán elaborar protocolos para atenderlos, además de destinar los recursos económicos, administrativos y humanos necesarios para implementar dichos instrumentos.

Con información de Chiapas Paralelo, La Silla Rota y El Universal

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