La iniciativa de reforma para la industria eléctrica que envió el presidente López Obrador al Congreso ha tenido a todos los partidos en intensas negociaciones y cruces de declaraciones.

La manzana de la discordia ha sido el Partido Revolucionario Institucional (PRI). A diferencia de sus aliados (PAN y PRD), se ha mostrado dispuesto a negociar con Morena para aprobar la modificación constitucional que regresaría el monopolio de la industria eléctrica a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

La moneda de cambio del PRI y su líder nacional, Alejandro Moreno, han sido los 71 votos con los que cuenta en la Cámara de Diputados, gracias a los cuales Morena alcanzaría los 333 que necesita para la reforma constitucional. Pero las cosas se están complicando, pues 16 diputados del PRI anunciaron que no darían su voto a la reforma en los términos que la envió el presidente López Obrador. En consecuencia, aparece un freno al interior del PRI desde la Cámara de Diputados.

Sin estos 16 votos, Morena ya no alcanzaría los 333 que necesita y se quedaría a tan sólo un voto de la meta. Esto, desde luego, sin considerar las negociaciones que todos los partidos puedan hacer para convencer a sus diputados y a los de otras bancadas.

Incluso antes de este anuncio, la eventual alianza entre PRI y Morena (mejor conocida como Pri-Mor) ya tambaleaba, pues los partidos Acción Nacional (PAN) y el de la Revolución Democrática (PRD) declararon que el apoyo del PRI a Morena ponía en riesgo la continuidad de la alianza electoral y legislativa que tienen los tres partidos de oposición.

Reforma eléctrica podría disolver alianza PAN-PRI-PRD

En esta circunstancia, aunque traicionando a sus aliados, el PRI estaba en condiciones de dar a Morena los votos que necesitaba en la Cámara de Diputados. Se sabía que la situación podía complicarse después en la Cámara de Senadores, pues la legisladora priista Claudia Ruiz Massieu anunció que por lo menos ella no daría su voto a esta reforma, y sugirió que habría otros compañeros de bancada que harían lo mismo. Pero ese sería el segundo paso, que se resolvería una vez que el proyecto se aprobara en la Cámara de Diputados y pasara a discutirse en el Senado.

Según registró El Universal, siete de los legisladores priistas representan al estado de Coahuila y otros siete a Nuevo Léon, ambos estados con fuertes intereses y potencial en las energías renovables.

Lecciones democráticas de la disputa por la industria eléctrica

El jaloneo por la reforma eléctrica que tan ocupadas tiene a las dirigencias políticas del país deja al menos dos elecciones.

  • La primera: muestra que Morena y López Obrador no son invencibles. Al principio del sexenio, el presidente actuó como si lo fuera, convenciendo a una parte importante de la población de que la supuesta “Cuarta Transformación” sería una larga época de la historia dominada por Morena.
  • La segunda lección es de mayor peso, pues vemos con claridad la importancia de la pluralidad política, que caracteriza a cualquier régimen democrático. Como está sucediendo con la reforma eléctrica, contar con diversas fuerzas políticas que defiendan ideas distintas hace que los partidos puedan ponerse frenos entre sí. Si tenemos suerte, esa pluralidad detendrá una reforma en la que, salvo el ego del presidente López Obrador, todos salimos perdiendo.

¿EL PRI tiene futuro?