Han pasado siete años y los 43 no han sido encontrados. 

De lo que sí hay hallazgos, es de un montón de irregularidades en las que incurrieron las autoridades para llegar a lo que llamaron la verdad histórica. 

Hay indicios de tortura, de que se falsearon informes, llamadas telefónicas, oficios de localización y presentación, entre otros. 

Así lo informaron la tarde de este viernes durante una conferencia de prensa el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas y el fiscal especial del caso, Omar Gómez Trejo.

Entre otras cosas de las que dieron cuenta, está el asesinato de nueve de los involucrados en el caso, lo cual representa una pérdida importante de fuentes de información para esclarecer la masacre y desaparición de los estudiantes, según explicaron.

Y, de acuerdo con Encinas Rodríguez, el Presidente Andrés Manuel López Obrador envió una carta al primer ministro de Israel, Naftali Bennett, para solicitar la detención y posterior extradición de Tomás Zerón de Lucio, ex director de la Agencia de Investigación Criminal en el gobierno de Enrique Peña Nieto, quien es acusado de incurrir en omisiones y responsabilidades graves en la integración del expediente del caso Ayotzinapa.

El funcionario federal señaló que desde el jueves autoridades de la FGR realizan diligencias ministeriales en dos puntos del Estado de Guerrero, donde se encontraron indicios de restos humanos que aún no han sido identificados.

Los funcionarios presentaron un informe a la prensa luego del encuentro realizado en Palacio Nacional entre López Obrador y los familiares de los normalistas desaparecidos. 

En un posicionamiento, estos últimos lamentaron la demora en la resolución del caso y la falta de investigación al Ejército, al que en reiteradas ocasiones han solicitado que se indague. 

“Se hizo énfasis en que no vemos avances de la Fiscalía General, también se hizo énfasis que no vemos avances en la profundización de la investigación al Ejército Mexicano”, expresó el abogado de los familiares, Vidulfo Rosales, al salir de Palacio Nacional.

Caso Ayotzinapa: ¿bomba de tiempo para AMLO?