La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió un pronunciamiento público en el que determinó que hay persecución mediática y judicial en el caso de la Fiscalía General de la República (FGR) contra 31 científicos. La FGR los y las acusa de enriquecimiento ilícito, lavado de dinero y delincuencia organizada.

El pasado 15 de octubre, integrantes de la comunidad científica presentaron una queja ante la CNDH en la que solicitaban que emitiera medidas cautelares a su favor. El día de hoy, la Comisión se pronunció en ese sentido y estableció las siguientes medidas:

  • El Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, debe abstenerse de exponer ante la opinión pública los nombres de personas a las que no se les impute un delito, los detalles que sólo competen a las autoridades ministeriales o información que perjudique la dignidad y el honor de las personas que presentaron la queja.
  • Se solicita, además, que los agraviados tengan acceso a la carpeta de investigación y a la información necesaria para preparar su defensa.
  • La FGR cuenta con 24 horas para aceptar las medidas que solicita la CNDH. En caso de no admitirlas, está obligada a fundar y motivas la negativa.

¿Por qué es importante?

El caso de los 31 científicos acusados incluso de delincuencia organizada ha conmocionado a sectores enteros del país y fuera de México. Líderes de opinión, instituciones académicas y medios de comunicaciones han denunciado que las acusaciones han sido desmedidas y que se ha usado las instituciones del Estado para perseguir a personas en particular y no posibles delitos. Incluso personajes que suelen justificar a como dé lugar las acciones del lopezobradorismo, como el Dr. Lorenzo Meyer, han criticado la actuación de la FGR en este caso.

El pronunciamiento de la CNDH es relevante y hasta cierto punto sorprendente. Desde que Rosario Piedra Ibarra ocupó su titularidad en 2019, la CNDH se ha desdibujado y ha evadido en lo posible señalar faltas del gobierno de López Obrador, quien prácticamente la impuso en el puesto.

Ante la claridad de que no hay independencia en la CNDH, vale la pena preguntarse de dónde viene este pronunciamiento. ¿Rosario Piedra no tuvo otra que hacer su trabajo por la presión mediática y de la comunidad académica? ¿Está jugando contra Gertz Manero o Álvarez-Buylla (directora del Conacyt) en nombre de sus aliados políticos?

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