La política, en términos muy terrenales es el arte de debatir, pero en la actualidad parece ser que está apegada más a un contexto de Artes Marciales Mixtas, las llamadas “MMA”, ya que entre los dimes y diretes, acusaciones debajo del cinturón, mordidas a la oreja del contrincante con acusaciones, algunas con base y fuerza y algunas no, pero al fin y al cabo un enfrentamiento, para descubrir quién tiene la razón y quién es más fuerte.

Una pelea diaria en donde surgen casos de niveles poco creíbles incluso no aptos para un público, el ciudadano de a pie, que solo es espectador.

El caso del diputado Jorge Romero del PAN, no se acerca a este espectáculo, de golpes políticos, pero sí a un tema de esos niveles en donde la sangre se calienta y se desbordan las malas palabras, los rechiflidos.

Resulta que lo vincularon a proceso penal y prisión preventiva por el delito de violación, claro está, como medida cautelar, es decir, aún faltan más pruebas, pero la autoridad no quiere alterar el proceso que seguirá Romero Vázquez.

¿Usted se merece esto?, es decir, tener un representante popular, en este caso de Guanajuato, que sea considerado un delincuente, particularmente un violador, como el caso del polémico caso del diputado Saúl Huerta, acusado y quien enfrenta un proceso penal por abusar de un menor de edad.

Su defensa tiene dos meses para probar su inocencia, mientras hay que aclarar que a petición del PAN, este “legislador”, no rindió protesta el pasado domingo para formar parte de los peleadores, ¡perdón! diputados de la 65 Legislatura.

Otro caso, ya de niveles para el “Caesars Palace” de las Vegas Nevada, es el del ex candidato a la presidencia por el PAN Ricardo Anaya, quien trae un pleito casado con el golpeado, casi invicto, presidente Andrés Manuel López Obrador, por “una denuncia que se presentó desde hace mucho tiempo”, dijo el presidente, “por sus mismos compañeros de partido, en su momento, y luego esto se juntó con una denuncia que hizo el ex director de Pemex, donde acusa a legisladores y a dirigentes de partidos de que recibieron dinero para la aprobación de la Reforma Energética”.

Anaya, desde su esquina, se ha movido más que como un profesional, como un artista de ese movimiento del boxeo llamado “bending”, para evitar ser conectado con un “cruzadito” de López Obrador.

Luego de 11 días, el pleito sigue, hoy, saltó la Fiscalía General de la República, contrincante de Anaya, con la copia de un documento, carpeta de investigación, en la cual lo imputará de los delitos de cohecho, lavado de dinero y delincuencia organizada.

Hay ¡pelea, pelea, pelea!, y aunque uno es ajeno a esas discusiones, eso calienta, ¿no?

 

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