Con 67 votos a favor y 43 en contra, el Senado de la República aprobó en lo general la Miscelánea Fiscal 2022; es decir, las reglas para la recaudación de impuestos para el próximo año.
Una vez aprobada en lo general, se procede a la votación en particular, para lo cual se discuten los artículos en los que los legisladores presentaron “reservas” o inconformidades con el texto como está ahora.
Éstos son los puntos más polémicos de la miscelánea fiscal que, si bien seguirán discutiéndose, lo más probable es que Morena y sus aliados impongan su mayoría y no haya modificaciones importantes:
- Se desincentivan las donaciones. En las misceláneas anteriores, se contaban por separado las deducciones personales y los donativos. Ahora, entraran en una misma cuenta, la de deducciones personales, que no puede rebasar 15% de los ingresos anuales. Este cambio redundará en menores ingresos para las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSCs) y afectarán a los millones de beneficiarios que reciben sus apoyos.
- Sanciones a contadores y auditores. Los profesionales de estas áreas que no denuncien ante las autoridades actos irregulares de sus clientes serían sancionados hasta con seis años de prisión. El propósito principal es evitar que ayuden a empresas e individuos a evadir impuestos.
- Inscripción obligatoria en el RFC. Todas las personas mayores de 18 años deberán inscribirse en el Registro Federal de Contribuyentes (RFC), sin importar que tengan o no actividades económicas. No se contemplan sanciones para quienes incumplan con esta obligación, pero, según el presidente de la Comisión de Hacienda en el Senado, Alejandro Armenta (Morena), quienes lo hagan se estarían protegiendo de que “los enganchen empresas fantasma”.
Desincentivar las donaciones es un paso más del régimen de López Obrador para debilitar la pluralidad política y concentrar todo el poder posible en la Presidencia de la República. Algunas de las críticas más severas al gobierno de AMLO y a los anteriores, han venido de OSCs como Mexicanos Primero o el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). En el afán de debilitar a un sector crítico de la sociedad, afectará el estado de la democracia, pero también a millones de organizaciones que nada tienen que ver con la crítica al gobierno, como las que trabajan por las mujeres con cáncer de mama o las infancias en situación de calle.
Una vez más, la ciudadanía en su conjunto pierde por las ambiciones burdas del Presidente de la República de concentrar todo el poder posible.