En julio de este año, el gobierno del presidente López Obrador hizo oficial la desaparición del Fondo de Desastres Naturales (Fonden). Este fondo tenía el propósito de dotar de recursos a las autoridades locales para atender de forma inmediata a la población afectada por un fenómeno natural.
El argumento para desaparecer el Fonden fue que servía como oportunidad para cometer actos de corrupción, pues se adquirían bienes y servicios con sobreprecio.
Hasta el momento, no hay evidencia alguna de que así fuera y tampoco hay personas enfrentando procesos judiciales por presuntos actos de corrupción.
Ahora el gobierno de AMLO cambia de decisión. El Fonden se queda, pero sin reglas de operación. El fondo está incluido en el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2022 que la Secretaría de Hacienda entregó al Congreso este miércoles. Se le asignó poco más de 9,262 millones de pesos. El problema es que, al decretar la desaparición del Fonden en julio, también se eliminó el instrumento titulado “Reglas de Operación del Fondo de Desastres Naturales”. Así que no hay lineamientos que indiquen cómo deben usarse los más de 9 mil millones de pesos. El gobierno actual puede usarlos como se le ocurra.
Hace tiempo AMLO anunció que los recursos se entregarían directamente a las personas damnificadas. Grave error. Para el gobierno, es una forma de desentenderse del problema. Se entrega un monto de dinero y punto, no hay un plan para atender las necesidades de toda una población afectada. Además, ¿qué van a comprar en una zona azotada por un desastre? Realmente poco y seguramente a precios muy altos debido a la escasez y la necesidad.
Mal por todos lados. Sin reglas de operación, hay más facilidades para desviar recursos e incurrir en corrupción; la atención tardará más en llegar, pues los responsables de ejercer los recursos no tendrán lineamientos que seguir. Lo que está en juego son vidas humanas y sus patrimonios.
Las poblaciones más vulnerables suelen cargar con las consecuencias más graves de los desastres, pues tienen menor capacidad económica para resistir a estos acontecimientos y muchas veces sus viviendas están ubicadas en zonas de riesgo y construidas con materiales y estructuras frágiles. ¿Primero los pobres?