En octubre de 2018, desde San Luis Potosí,  Andrés Manuel López Obrador se comprometió a que en todo su sexenio no se utilizaría la técnica del fracking (fractura hidráulica) para la extracción de petróleo o gas en el país. 

“De una vez les digo: en todo el sexenio no habrá fracking en México”, dijo entonces el tabasqueño. 

Incluso ahora en su listado de compromisos cumplidos (de los 100 que hizo), el Mandatario asegura que esto ya se logró, aún cuando, legalmente, no hay ninguna prohibición. 

“75. No usaremos métodos de extracción de materias primas que afecten y agoten las vertientes de agua como el fraking”, señala en el listado, seguido de una leyenda con la palabra “cumplido”. 

A pesar de que existen en el Congreso varias iniciativas de ley para regularlo o incluso eliminarlo, a ninguna se le ha dado trámite. 

Lo anterior, sin importar la aplanadora que el partido oficial tiene y de la cual, como bien sabemos, el Gobierno federal puede echar mano para sacar adelante sus proyectos. 

Pero, ni siquiera en la propuesta de Ley de Hidrocarburos enviada a los legisladores por el Ejecutivo federal apareció la prohibición, lo cual fue motivo de fuertes críticas por parte de organismos anti fracking en contra de López Obrador. 

“(…) desde la Alianza Mexicana contra el Fracking hacemos un llamado al Poder Legislativo para que se incluya de manera explícita la prohibición del fracking en  la iniciativa de Ley de Hidrocarburos”, se lee en un texto difundido por dicha organización. 

Así es que esta práctica no sólo no se ha eliminado, sino que su utilidad en la actual Administración, se ha incrementado. 

Apenas en enero, con un voto en contra y tres a favor, la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), a petición de la Secretaría de Energía (Sener) a cargo de Rocío Nahle (una funcionaria “presidenciable”), avaló otorgar a Pemex 15 asignaciones petroleras más en las que se considera el uso de la técnica de fracking en estados como Tabasco, Tamaulipas y Veracruz.

Y en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2022, según reportan diversos medios, el Gobierno federal a través de la Secretaría de Hacienda, planteó un gasto de 15 mil 873 millones de pesos en proyectos que requieren fractura hidráulica para Pemex. 

Además, la compañía estatal también prevé incrementar hasta en 192 por ciento los recursos para campos en aguas profundas, una de las tareas más criticadas por la actual Administración. 

En ese contexto, en su conferencia de este lunes 13 de septiembre, López Obrador arremetió contra quienes aprobaron la reforma energética, que prometieron una producción muy por encima de la realidad. 

“Han pasado cinco años y de esos 3 millones de barriles diarios ¿saben cuántos están extrayendo? 20 mil barriles diarios, de 3 millones que ofrecieron. ¿No es un fraude?, ¿no mintieron?”, lanzó el Mandatario. 

Pero, señor Presidente: entre los farsantes de la reforma energética y el que propuso eliminar el fracking (sin cumplirlo), tan sólo hay un paso.

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