Las estadísticas no mienten, un estudio de Wall Street Journal reveló que vestirte bien impacta la forma en que los demás te perciben, tu autoconfianza e incluso la forma como tu cerebro funciona ante una actividad en particular.
Vestirte bien para proyectar quién eres pero también qué quieres, definitivamente las personas que cuidan su aspecto, higiene y luce prendas que le favorecen a su altura, peso y complexión transmiten más respeto.
¿Cómo empezar?
No hay magia ni trucos sino sugerencias que pueden ayudarte a que todas esas cualidades que ya posees se potencialicen.
Primero que nada, ten higiene y mantenimiento, esto quiere decir que aparte de estar aseado desde tener uñas limpias, cabello despuntado, tu ropa debe estar limpia y no con roturas o desgaste, sabemos que no siempre es posible cambiar nuestro clóset frecuentemente, pero puedes comprar prendas de mejor calidad para que su tiempo de vida sea más.
Más básicos y pocas tendencias
Algo importante que mencionar es que adquieras ropa básica y pocas tendencias, esto quiere decir que por “básica” entendemos a ropa que no tenga estampados y sus colores sean alguna base en tu outfit como blanca, negra, beige. Estas prendas se pueden combinar con jeans, con pantalones de vestir y con faldas y esto hará que utilices más veces esta ropa. Compra básicos de calidad y prueba distintos looks.
Utiliza la fórmula 3
La fórmula que funciona mucho es principalmente usar máximo 3 colores a la vez. Los colores oscuros son más recomendados para proyectar autoridad y liderazgo. Los colores claros proyectan más accesibilidad. ¡Úsalos sabiamente!
Otra gran fórmula es que al comprar una prenda pienses en más de tres cambios de ropa con esa prenda, así le sacarás más provecho a tu ropa.
Confía en ti y prepárate para ser vista o visto
Vestir bien sin confianza ni seguridad es no hacer la formula completa, es normal si haces un cambio para verte mejor que la gente te vea o incluso recibas comentarios positivos así que tu seguridad y confianza debe de estar al 100 para recibirlos y agradecerles.
Daniela Vega