Las mexicanas y los mexicanos tenemos derecho a una vivienda digna y decorosa, como marca nuestra Constitución. Además, el derecho a la vivienda está protegido por instrumentos internacionales a los que México está adherido, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Para cualquier país, garantizar que la totalidad de su población cuente con una vivienda es un reto importante, más aún si la vivienda debe ser “digna y decorosa”, como dice nuestra ley suprema.

En 2015, el INEGI identificó que 44.7% de las viviendas (14 millones) en México estaba en situación de rezago. Esto quiere decir que los espacios o los materiales con que están construidas son deficientes, que el espacio es insuficiente o que sus habitantes necesitan una vivienda adicional por encontrarse en condiciones de hacinamiento. En el caso de la población indígena, el rezago de vivienda es aún mayor, pues 79.1% se encuentra en esa condición.

Un techo para todas y todos

México cuenta con dos instituciones principales para satisfacer las necesidades de vivienda: el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) y el Fondo de la Vivienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (FOVISSSTE). En poco más de un año, en diciembre de 2022, el FOVISSSTE cumple cincuenta años de existencia. Aquí te contamos sobre esta importante institución y su trabajo en favor de millones de ciudadanos y ciudadanas.

La función principal del FOVISSSTE es otorgar créditos a personas afiliadas al ISSSTE que trabajen o hayan trabajado en instituciones del sector público, con el propósito de que puedan adquirir una vivienda. Es un órgano desconcentrado del ISSSTE creado en 1972, que, a lo largo de su historia, ha otorgado alrededor de 1.8 millones de créditos. El FOVISSSTE otorga uno de cada diez créditos hipotecarios en México, por lo que es el segundo originador de hipotecas más grande, sólo después del Infonavit. En 2020, el ISSSTE contaba con 13.5 millones de derechohabientes, entre personas aseguradas directas y sus familiares. Ése es el universo potencial de beneficiarios y beneficiarias de los programas de FOVISSSTE.

La importancia de este fondo va más allá de satisfacer necesidades de vivienda, pues sus actividades dinamizan el sector inmobiliario, con una intensa derrama económica. Según reportó la institución, en 2020 otorgó 49,232 créditos por un monto de 35,088 millones de pesos. Esta actividad contribuyó a la creación de 599,330 empleos directos e indirectos en la industria de la construcción.

Reforma del 2020

En diciembre de 2020 entraron en vigor reformas que buscan garantizar el derecho a una vivienda digna, ampliando las opciones con que cuentan las trabajadoras y los trabajadores para adquirir una casa propia. En concreto, se modificaron las leyes del ISSSTE y del Infonavit. Los cambios principales para el FOVISSSTE fueron los siguientes:

  • Ahora, los y las derechohabientes pueden recibir los créditos “directamente y sin intermediarios”. Esto quiere decir que, en la mayoría de los casos, obtienen los recursos del FOVISSSTE sin que medie una institución bancaria.

  • Anteriormente, sólo podía obtenerse un crédito para la compra de vivienda; ahora también puede utilizarse para adquirir terrenos destinados a la construcción de la vivienda.

  • Los beneficiarios y las beneficiarias pueden acceder ahora a dos créditos hipotecarios a lo largo de su vida, en lugar de sólo uno. Para acceder al segundo, es necesario haber finiquitado el primero.

La implementación de estos cambios en FOVISSSTE ha estado a cargo de su actual Vocal Ejecutivo, Agustín Gustavo Rodríguez López. Durante su gestión, se ha creado programas que buscan adaptarse a las necesidades diversas de los trabajadores y las trabajadoras. Por ejemplo, en 2020 se creó FOVISSSTE para Todos, un crédito que combina el ahorro que las personas derechohabientes han acumulado en su subcuenta de vivienda en el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) con un préstamo de banca privada. De esta manera, se accede a un monto mayor de recursos para adquirir la vivienda. En ese año también se lanzó Raíces, un programa para construcción de vivienda en zonas rurales e indígenas, para trabajadores y trabajadoras que deseen construir en localidades con estas características. Así, dichas áreas del país se benefician de la derrama económica de la construcción. Para 2021, se prevé la asignación de 2,750 créditos del programa, lo que representa una derrama económica en estas zonas de alrededor de 2,082 millones de pesos.

50 años del FOVISSSTE

La celebración de medio siglo del FOVISSSTE en 2022 es una ocasión para reflexionar sobre el ejercicio pleno del derecho a la vivienda y el papel de esta institución para garantizarlo. Mencionamos al inicio que el fondo ha otorgado 1.8 millones de créditos a lo largo de su historia, pero ésa es sólo la cifra total de créditos, no de beneficiarios y beneficiarias. No es posible saber con certeza cuánta personas han habitado en una vivienda adquirida mediante un crédito de FOVISSSTE, pero puede estimarse que la cifra al menos rebasa los diez millones (considerando que en los últimos veinticinco años cada vivienda ha estado habitada por cuatro personas en promedio, según cifras del INEGI, que empezó a registrar este dato en 1995).

El derecho a la vivienda digna no se limita a contar con un techo, pues es una condición para ejercer otros derechos. Baste mencionar que el acceso a agua corriente necesita de una vivienda y un vecindario con la infraestructura hidráulica correspondiente, mientras derechos como educación, trabajo y esparcimiento requieren de viviendas con una ubicación que favorezca la movilidad y con los servicios de transporte necesarios.

Como se advierte, el ejercicio efectivo de este derecho necesita una auténtica política de Estado que conjunte a autoridades locales y federales de diversas áreas (de planeación urbana, movilidad, seguridad pública, etc.) y representantes de la sociedad civil, entre otros actores. Una política de este tipo requerirá mantener al FOVISSSTE como una de las instituciones clave para atender las necesidades de vivienda actuales y prepararse para los retos de las próximas décadas.