En México, ser mujer y ser indígena implica un doble riesgo de discriminación. 

Si bien, el Gobierno ha tratado de visibilizar a ese sector postulando a luchadoras sociales e intelectuales de pueblos originarios para ocupar cargos como el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y la representación cultural de México en España, todo ha quedado en un juego de palabras. 

El Conapred tiene más de un año acéfalo, luego de que su titular Mónica Maccise renunciara, tras las críticas que recibió de la familia presidencial por invitar al comediante Chumel Torres a un foro sobre racismo. 

Mientras que la representación cultural de México en España, sigue a cargo de la joven y polémica escritora Brenda Lozano, a quien atacaron por disentir de políticas oficiales.  

Un grupo de mujeres escritoras de pueblos originarios alzaron la mano para sustituirla, a pesar de que, subrayaron, la consideran con capacidad para desempeñar el cargo. 

Sin embargo, las autoridades sólo ven remplazos procedentes del centro del país y Oaxaca, lo cual también significa una importante discriminación al resto de la población. 

“El del INPI también es de Oaxaca, Mardonio (Carballo) también es de Oaxaca, estuvo Natalia Toledo, Irma Pineda… Todos son de Oaxaca. No hay tanto de Sonora, de Chiapas, de otras comunidades que también ocupan visibilizar (…) que llevarían la voz entera de todas las comunidades”, declaró a envozmx, desde el desierto de Sonora, la música y poeta cmiique iitom, Zara Monrroy. 

Con ella coinciden Briceida Cuevas Cob, escritora maya de Campeche, y Sasil Sánchez Chan, poeta maya del estado de Yucatán. 

Para ellas, si bien ha habido un marcado acercamiento por parte de las autoridades de la llamada 4T, hay cosas que hay que afinar. 

No perciben mejoras sustanciales en su comunidad, ni mucho menos en el ámbito cultural, el cual, dicen, hay que destacar y ellas están dispuestas a hacerlo. 

“Me parece que hay una intención, pero esa intención no siempre es suficiente. Lo que siempre ha pasado es que no podemos hablar de que hay un beneficio, hay un mayor apoyo, si por un lado todavía estamos viendo los despojos, la imposición de cosas, de proyectos. 

“No podemos hablar de que hay mayor apoyo si por un lado nos están aplastando y por el otro dicen ‘sí, pero aquí está la manera en la que te apoyo’, es una cuestión muy compleja”, declaró por su parte Sasil Sánchez, quien ha coordinado el Club de Lectura SOLYLUNA para la alfabetización temprana en comunidades del interior de Yucatán y ha sido editora de K’iintsil, contraportada del periódico peninsular La Jornada Maya.

Por su parte, Briceida Cuevas, quien es fundadora de la Asociación de Escritores en Lenguas Indígenas de México, admite que los reconocimientos a los que se ha hecho acreedora le han permitido subsistir y promover incluso proyectos culturales propios. 

“Tiene varios aciertos este gobierno, que es lo que habíamos esperado, pero hay algo ahí que no termina de moverse bien, pero tiene logros, tiene grandes logros. Estábamos queriendo algo diferente, algo distinto. Sin embargo creo que en estos aspectos como el cultural, esta austeridad no nos ha beneficiado. Tengo este tipo de premios que de alguna manera me dan una facilidad económica, que digo estaría yo haciendo otras cosas y con poco tiempo para escribir. 

“No es trágica la situación. Pero si buscamos la manera. Yo soy escritora y apoyada o no apoyada, yo voy a seguir escribiendo. Lo voy a hacer. No tengo ese problema… pero si no me aprobaran mis proyectos entonces yo también estaría no muy bien”. 

Respecto a los parámetros de visibilización, reconocimiento y apoyo que tienen las autoridades actuales, tenemos de primera mano el anunciado la mañana de este domingo por la Jefa de Gobierno capitalina, Claudia Sheinbaum, quien se comprometió a remover permanentemente la estatua de Colón para instalar en su lugar un monumento que reconozca el valor de la mujer. En particular, la indígena. Porque, para ella, “eso es justicia social”.