El pasado domingo, 6.6 millones de mexicanos participaron en la consulta ciudadana, publicitada como el “juicio a ex presidentes”, aunque al final la pregunta no los mencionaba para nada. Algunos hablan del fracaso y otros de éxito. ¿Qué lecciones nos deja este ejercicio?

¿Lo bueno?

  • Promesa de campaña cumplida

Durante su campaña presidencial de 2018, AMLO se comprometió a enjuiciar a los presidentes del periodo neoliberal por las siguientes razones:

Carlos Salinas de Gortari: por entregar empresas públicas a particulares

Ernesto Zedillo: por el Fobaproa

Vicente Fox: por traidor a la democracia y fraude del 2006

Felipe Calderón: por su guerra contra el narcotráfico

Enrique Peña Nieto: por su corrupción

  • La primera según la Constitución

Así, AMLO esperó a que se aprobara la reforma constitucional para hacer obligatoria la consulta. 3 años después, la promesa se cumplió.

La Constitución señala que las consultas se deben hacer sobre temas de trascendencia nacional o regional y pueden ser convocadas por:

  • el Congreso de la Unión a petición del Presidente de la República,
  • el 33% de los integrantes de cualquiera de las Cámaras del Congreso de la Unión, o
  • 2% de los ciudadanos inscritos en la lista nominal de electores.

No podrán ser objeto de consulta: la restricción de los derechos humanos, la permanencia o continuidad en el cargo de los servidores públicos de elección popular; la materia electoral; el sistema financiero, ingresos, gastos y el Presupuesto de Egresos de la Federación; las obras de infraestructura en ejecución; la seguridad nacional y la organización, funcionamiento y disciplina de la Fuerza Armada permanente.

  • Para el INE fue un éxito

Lorenzo Córdova, Consejero Presidente del INE señaló que “la consulta popular estaba destinada a ser un éxito y fue un éxito”, aunque las votaciones que no fueron las esperadas y requeridas para que el ejercicio fuera vinculante. Córdova ha sostenido que la consulta fue “técnicamente un éxito”.

  • Los ex presidentes felices

Vicente Fox dijo: “Fracasó la consulta popular: solo participó entre 7 y 7.74%, según conteo del INE. Ahora sabemos de que tamaño es la 4T:UN MICRO ORGANISMO”. Mientras, Felipe Calderón estuvo difundiendo mensajes que se burlaban sobre la baja asistencia de las casillas.

Lo malo

  • La poca participación

Luego de computar 57,077 actas, se registró la participación del 7.1% del padrón electoral. Así, al no haberse alcanzado el 40% de los ciudadanos inscritos en la lista nominal de electores, el resultado no es vinculante para los poderes Ejecutivo y Legislativo federales, así como para las autoridades competentes. Es decir, cómo si nada hubiera pasado.

  • La redacción confusa.

El 15 de septiembre de 2020, el presidente Andrés Manuel López Obrador envió al Senado la solicitud para la realización de una consulta popular para enjuiciar a los últimos cinco expresidentes. El asunto llegó hasta la Corte la cual, para aceptar su constitucionalidad, determinó cambiar la redacción a una pregunta larga y a todas luces confusa.

  • Lo barato sale caro.

A pesar de que el INE solicitó originalmente la asignación de un presupuesto de casi 1,500 millones de pesos, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público no les autorizó el aumento y no tuvieron de otra que hacerla con los ahorros generados por el Instituto: más o menos 528 millones de pesos para 57 mil casillas. Como punto de comparación, el pasado 6 de junio se instalaron 162 mil 570. De ahí que no haya habido recursos para instalar casillas especiales. La falta de casillas confundió a la ciudadanía, pues la gran mayoría esperaba votar donde lo había hecho en la anterior elección.

  • Una nueva oportunidad para descalificar al INE.

Todavía que no se les dan recursos, se pedía al INE a hacer lo imposible. No fue de extrañar que el presidente López Obrador criticó al INE por la escasa promoción de la consulta y la falta de casillas:

Cuando se quiere se cede. Ellos no tenían entusiasmo por la consulta, tampoco por la democracia, fingen ser demócratas, se pudo haber extendido el número de casillas y urnas, no es un asunto de dinero, se pudo haber pedido ayuda de gobiernos estatales, del pueblo, pero no, no se hablaba del tema”, dijo.

Por su parte, el representante de Morena ante el INE, Sergio Gutiérrez Luna, dijo que los consejeros “sabotearon” la consulta. Córdova ha defendido que el porcentaje de participación ciudadana no dependía de la institución.

¿Lo feo?

El próximo año se llevará a cabo una nueva consulta para la revocación de mandato del titular del Ejecutivo en 2022. Como AMLO ha dicho: “El pueblo es el soberano, es el que pone y el que quita es el que manda. En la próxima van a participar muchos más ciudadanos y esta práctica se va a ir convirtiendo en un hábito una cultura, y esto lo vamos a heredar a las nuevas generaciones”.

A juzgar por los números la 4T tiene mucho de qué preocuparse. Una participación de apenas 6 millones pone en entredicho el poder de la estructura de Morena y su capacidad de movilización. ¿Les alcanzará para el año entrante? Habrá que verlo.