Sí, estamos agotados. Mentalmente, emocionalmente, físicamente. Entre el cambio climático, la crisis económica, las redes sociales que nunca paran y las noticias que te aplastan con malas vibras… es normal sentir que el mundo pesa. Pero aquí va lo sorprendente: a pesar del cansancio, esta generación no se rinde.

Luchamos desde el WiFi

Aunque nos llamen “generación de cristal”, la verdad es que nunca hubo una generación tan conectada, tan informada y tan activa. No tenemos miedo de hablar de salud mental, de cuestionar lo que nos enseñaron y de exigir un futuro más justo. Desde peticiones en línea hasta hilos virales que educan más que una clase entera.

No nos callamos

La generación actual habla. Y mucho. Sobre feminismo, racismo, política, derechos LGBTQ+, bienestar, salud, justicia climática… Seamos honestos: ya no se puede ignorar cuando algo está mal, porque alguien lo va a grabar, postear, denunciar o convertirlo en tendencia.

Activismo con ansiedad, pero activismo al fin

No todo activismo se ve igual. Hay quienes marchan, otros hacen arte, memes, podcast o simplemente educan a su círculo. Y eso también vale. No se trata de hacerlo perfecto, sino de hacer algo. Incluso si te sientes agotado, tu voz importa.

El futuro no está cancelado

Estamos en una época caótica, sí. Pero también llena de ideas nuevas, gente valiente y cambios que antes parecían imposibles. Esta generación está cansada, sí. Pero también está despierta, crítica y llena de fuego. Y eso, honestamente, da esperanza.

Por : Andy I.