No, no son calamardo guapo. Son artistas, políticos y deportistas que han muerto o desfigurado su rostro y cuerpo con tal de lucir hermosos.

Qué pasa por sus mentes para verse al espejo y sentir que algo está mal con su aspecto físico. No lo sé. Solo espero nunca sentir ese vacío interior para meterme cuchillo.

Caso Odalis Santos

Esta influencer fitness jalisciense murió por una presunta negligencia en una clínica de belleza en la ciudad de Guadalajara mientras se sometía a un tratamiento para disminuir la sudoración en axilas.

Las autoridades investigan quién tiene la culpa. Después de la muerte de Odalis, su entrenador comentó que la chica había tomado sustancias como clenbuterol, creatina y oxandrolona antes de la cirugía.

La familia de la influencer asegura que la clínica contrató a la joven para dar seguimiento en sus redes sociales al tratamiento, pero después de anestesiarla no contar con las medidas de seguridad suficientes y falleció.

Caso Alejandra Guzmán

Más de 12 años y 32 cirugías, es el costo de la belleza que le tocó pagar a esta cantante mexicana.

Alejandra quiso aumentar sus glúteos, pero la inyección de una sustancia llamada metil metacrilato, un polímero que con el tiempo se le solidifica y encarnó en los músculos la puso al borde de la muerte.

Caso Jorge Kahwagi

Era divertido ver al exdiputado en sus “peleas” de box. Hasta caía bien a pesar de que fue un político pelmazo más en este país. Hasta que un día apareció frente a los medios con unos pectorales impresionantes, ojos verdes, la nariz respingada y un rostro definido.

https://twitter.com/PutazoFaitelson/status/1365874914620829699

  • Más tuneado que un auto de Rápido y Furioso.

Pero, los excesos cobran y muy caro. En 2019 fue ingresado en un hospital de la Ciudad de México donde le tuvieron que inducir al coma para practicarle una cirugía sumamente riesgosa. Las nalgas y pectorales que se implantó no “macharon” con su cuerpo y comenzó a enfermar.

Un mes después, familiares de Kahwagi explicaron que logró salir del coma pero no reconocía a nadie.

FM