En plena tercera ola, llamó la atención la participación que el Secretario de Salud, Jorge Alcocer, tuvo en una conferencia matutina. El titular de la dependencia que permaneció tras bambalinas, dejando todo el protagonismo del control de la crisis de salud a su subsecretario Hugo López Gatell, reapareció nada más y nada menos que para…vacunarse con su segunda dosis. No para asumir responsabilidades o aclarar la desinformación que tiene con la mayor angustia a las madres y padres de familia. ¿están las niñas y niños en riesgo ante el inminente regreso a clases?
El INEGI dio a conocer que en 2020 fallecieron a causa del COVID más de 200,000 personas, cifra 60% superior a la cifra oficial. Es decir, hubo más de 75,000 defunciones.
A días del inicio de clases, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, insiste que “La mortalidad en adolescentes y niños ya era muy baja en la segunda ola y continúa siendo muy baja en la tercera ola. Y todas estas ideas que han circulado de que ahora es una epidemia de adolescentes y niños no tienen un sustento de evidencia ni en México, ni en ninguna otra parte del mundo”. Así, desde su punto de vista habría que descartar la posibilidad de vacunar contra Covid-19 a menores de edad en el país, pues no existe demostración que para lograr un control de la epidemia se debe de vacunar a la población menor de 18 años, pues su riesgo de requerir hospitalización o de fallecer es de 0.004 por ciento.
Si precisamente se acaba de demostrar que las cifras oficiales se quedaron muy cortas de la realidad, ¿cómo creerles ahora? ¿cómo es posible que en otras partes del mundo se ha reconocido el riesgo en el que se encuentra la infancia? ¿el gobierno de la 4T está dispuesto a cargar en su conciencia las muertes de niñas y niños inocentes?
Las cifras oficiales y lo que sabemos
De acuerdo con el Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), el COVID-19 ha cobrado la vida de más de 600 niñas, niños y adolescentes en México y la cifra de contagiados supera los 60 mil. Durante la última semana de julio se reportaron 1.637 nuevos casos.
Diversas investigaciones periodísticas han señalado que nuestro país enfrenta saturación de hospitales pediátricos y que, tan solo en la capital del país los casos de contagios se multiplicaron por cuatro en el último mes.
Por otra parte, otros estudios han revelado que desde el primer semestre de la pandemia la tasa de mortalidad de 1.9 % para México, era la más alta reportada en el mundo, por arriba de la de Estados Unidos y el Reino Unido. Se advirtió que hay un mayor riesgo en niños menores de cuatro años, con riesgo cardiovascular o inmunosuprimidos. También se han apreciado complicaciones en aquellos con diabetes u obesidad.
El regreso a clases: “llueve, truene o relampaguee”
Ya lo dijo el presidente y su deseos se cumplen. Con tal de no afectar el plan de vuelta a las aulas, la Secretaría de Salud determinó que las clases presenciales sean una actividad esencial, evitando así que deban someterse a los criterios de semáforo epidemiológico.
El Presidente López Obrador ha dicho que en caso de que se presente una “situación de gravedad” y se demuestre que es necesaria la vacuna para menores, su gobierno actuará de inmediato, pero que se tiene que actuar con prudencia y con evidencia científica.
El regreso a clases presenciales es necesario y será seguro. Conferencia matutina. https://t.co/VORpNITWqw
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) August 13, 2021
Pues esa misma evidencia científica es la que está haciendo que otros países tomen medidas completamente diferentes para proteger a sus nuevas generaciones.
El programa de vacunación francés se abrió a menores de 18 años a mediados de junio, y los datos más recientes muestran que más de la mitad de todos los adolescentes franceses han recibido al menos una dosis, mientras que una cuarta parte está completamente vacunada.
En Alemania se había recomendado la vacuna para menores solo si tenían afecciones preexistentes, como diabetes u obesidad, o si vivían con personas con alto riesgo de COVID. Sin embargo, ante nueva evidencia, el lunes pasado se recomendó la vacunación para todas las personas mayores de 12 años.
Por su parte el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés), ha advertido que el ritmo de las hospitalizaciones está aumentando. El mayor aumento se registró en los adultos de 30 a 39 años y en los niños menores de 18 años, ambos con un aumento del 30% más alto que su pico anterior.
Vacunarte contra el #COVID19 es lo correcto, por la salud de todos. Ayuda a protegerte y proteger a otros, como los niños que son demasiado pequeños para vacunarse o las personas con el sistema inmunitario debilitado. Vacúnate: https://t.co/mFlfzph1Uc pic.twitter.com/5drC9wrdRZ
— CDC en Español (@CDCespanol) August 13, 2021
El Poder Judicial de nuevo al rescate
Ante la inacción de las autoridades, es de nuevo el amparo la vía para exigirles que hagan lo que deben hacer. Hace unos días se dio a conocer que un juez federal en Materia Administrativa en la Ciudad de México ordenó se vacunara a un menor de 18 años, quedando bajo la “más estricta responsabilidad” de las autoridades lo relativo a su valoración, a fin de determinar si es candidato a la aplicación de la misma, el tipo o marca de la vacuna así como las dosis que corresponda.
A la fecha, se tiene registrado que más de 50 padres de familia han promovido amparos para exigir la vacunación de sus hijos.
Ir o no ir: he ahí el dilema
Una vez más, el gobierno federal decide no aprovechar la experiencia de otros países, cerrando los ojos. De nuevo se trata de ignorar información internacional y poner por encima la voluntad y los deseos del titular del ejecutivo.
Si bien es cierto que los menores enfrentan graves riesgos ante el aumento de la violencia familiar, así como de la ansiedad y depresión, lo cierto es que no hay certezas de contar con medidas para todas las escuelas que garanticen un regreso a clases seguro.
Vale la pena voltear a ver lo que sucede fuera de México y hacer todo lo que esté a nuestro alcance para proteger a nuestras niñas y niños. No les podemos fallar.