Cuando defraudamos a Dios alabamos al diablo, no hace falta creer en él para darle poder al chamuco con omitir su existencia ya ganó 
No es necesario creer en Satán para servirle, la duda es su perfecta arma


Somos seres perfectos, máquinas creadas meticulosamente con complejos y completos sistemas tan avanzados que no ha existido otra forma de repetirnos que no sea saliendo de otro humano, y con ellos la búsqueda constante de lo infinito.

Venimos cargados de un alma noble, libre y llena de amor, lista para explotar en abundancia, solo que gracias a nuestras carencias vamos heredando a nuestros hijos iglesia y equipo de fútbol, y esto es normal, la vida es una ironía, un chiste mal contado, solo cuando estamos en situaciones precarias, con sufrimiento, somos agradecidos, los cautivos, los rotos, los sobrevivientes, los que se han frustrado, los que se han batido con sus demonios son los que agradecen.

No se trata de exaltar el sufrimiento, sino reconocer nuestra naturaleza, no agradecemos lo que ya se nos dio por default, nacer, respirar, un corazón, tus piernas, rara vez le das las gracias a tus pies que se aferran y te llevan a todos lados.

Descubrimos a Dios en su ausencia, en el sufrimiento y precariedad, en la inmundicia y culpa, en el error y frustración, sintiendo esto es solo cuando verdaderamente valoramos despertar cada mañana


La luz no es apreciada con la luz del sol, pero si en la oscuridad, la gracia de Dios no es apreciada sino cuando no se tiene, en la desdicha, no es casualidad que los cristianos son ex drogadictos degenerados (no todos) , por eso entienden la paz de Dios por que algunos de ellos pasaron días en el infierno.

¿Acaso le damos permiso al Diablo para que nos folle? ¿Necesitamos ser follados por la vida para después agradecer y valorar?

Hay varias maneras como la vida nos puede follar, o más bien como nosotros le damos permiso que lo haga, el EGO por ejemplo es el vivo ejemplo para sufrir y hacer sufrir creamos la humillación, el no perdonar, el rencor, la venganza, nos siembra en un estado perpetuo de odio, cuando alguien lo ataca, nos convierte en el Diablo mismo con bajos pensamientos.

Reconocer que no somos tan listos, que no tenemos la última palabra para controlarlo todo, que ni el poder ni el dinero pueden salvarte de una enfermedad o que por más que ames a tu esposo y este de todas formas te engañe, nos aterriza a saber quién está a cargo de tu vida, el EGO disfrazado de Diablo y tú observando.

Si dejamos que el ego sea golpeado y no yo? 

¿Si dejo que el ego se lastime? 

Podré aceptar que el otro en su afán de lastimar querrá herir mi EGO

pero no a mí, yo no soy mi EGO, porque yo lo controlo a él, entonces yo tendré el poder que me da el amor propio, la humildad y mi dignidad no se podrá quebrar por una circunstancia, mi actitud define mi realidad, dejaré de ser un muñeco de mis prejuicios y por fin seré libre.

Inspirado del libro SATAN de Rav Berg

Mario Spindola