En la cultura popular, la marihuana a menudo se percibe como inofensiva o incluso como una solución para lidiar con el estrés. Pero la realidad es mucho más compleja. Aunque el cannabis tiene propiedades terapéuticas y su uso medicinal está respaldado por la ciencia, también puede tener impactos negativos en nuestra salud mental, especialmente cuando se usa de manera frecuente o en edades tempranas.

Lo que dice la ciencia

El principal compuesto psicoactivo de la marihuana, el THC, interactúa con el sistema endocannabinoide del cerebro, que regula funciones como el estado de ánimo, la memoria y el sueño. Aunque esto puede explicar por qué algunas personas la usan para relajarse, también puede desatar problemas:

  • Ansiedad y paranoia: Consumir grandes cantidades de THC puede disparar ataques de ansiedad y episodios paranoicos.
  • Depresión: Aunque algunos la usan para “aliviar” el malestar emocional, estudios han encontrado que su uso frecuente puede empeorar síntomas depresivos, especialmente en personas jóvenes.
  • Psicosis: En casos extremos, el consumo prolongado y en altas dosis puede aumentar el riesgo de desarrollar trastornos psicóticos como la esquizofrenia, sobre todo en personas con predisposición genética.
  • Problemas de memoria: El abuso de marihuana afecta la memoria a corto plazo y el aprendizaje, especialmente en adolescentes cuyo cerebro aún está en desarrollo.

Pero, ¿es todo malo?

No necesariamente. En contextos controlados, con dosis específicas y bajo supervisión médica, el cannabis ha mostrado efectos positivos para tratar condiciones como el dolor crónico o el insomnio. Sin embargo, cuando su uso se vuelve habitual, puede convertirse en una especie de muleta emocional.

Aquí viene lo difícil: es fácil caer en el autoengaño. La marihuana puede ofrecer un alivio temporal, pero a largo plazo, el problema sigue ahí, intacto o incluso agravado.

Tal vez conoces a alguien que usa marihuana “para calmarse” o quizás tú mismo lo has hecho. Pero, ¿te has preguntado qué estás intentando calmar? ¿Es estrés, ansiedad o algo más profundo? Muchas veces buscamos soluciones rápidas sin abordar el verdadero problema.

La clave está en el equilibrio y en reconocer cuándo algo que usamos para “ayudarnos” comienza a convertirse en un obstáculo para nuestro bienestar. Hablar sobre esto no es para demonizar la marihuana, sino para entender que nuestras elecciones tienen consecuencias, y en el caso de la salud mental, estas pueden ser bastante serias.