“Empieza tu día con agua tibia con limón, medita 15 minutos y no te olvides de manifestar tus metas”.
Parece consejo de tu amiga zen, pero probablemente lo viste en un reel de alguien con piel perfecta y una cocina minimalista.
Bienvenidos al mundo de los wellness influencers.
¿Quiénes son los nuevos gurús del bienestar?
En redes, cada vez más creadores comparten rutinas de autocuidado, alimentación, descanso, journaling, skincare, afirmaciones… todo para “mejorar tu vida”.
Pero a veces, ese contenido viene acompañado de un código de descuento o un link de afiliado.
Ahí es donde empieza la duda:
¿Lo hacen por ayudar o por vender?
El lado positivo: normalizar el autocuidado
No todo es malo. Muchos de estos influencers:
-Hablan abiertamente de salud mental.
-Promueven hábitos saludables.
-Hacen que el bienestar sea más accesible, visual y cool.
Gracias a ellos, miles de personas están descubriendo el valor de ir a terapia, dormir mejor o simplemente detenerse a respirar.
Pero… ¿real o decorado?
El problema es cuando el “wellness” se vuelve una estética más que una práctica real.
¿Te suena esto?
-Usar un serum carísimo “para amarte a ti misma”.
-Meditar solo si tu espacio es estéticamente Pinterest.
-Comer saludable, pero solo si se ve bonito en Instagram.
Eso no es bienestar, es marketing disfrazado de paz interior.
Bienestar ≠ consumismo
El autocuidado no debería depender de tu presupuesto.
Estar bien no requiere comprar 5 suplementos al mes ni tener una rutina de 10 pasos antes de dormir.
A veces, descansar, decir no, llorar o simplemente hacer nada es más wellness que cualquier trend de TikTok.
Entonces, ¿seguirlos o no?
Depende. Si te inspiran, te hacen bien y no te generan ansiedad, adelante.
Pero si te hacen sentir que “no haces suficiente” o que necesitas comprar algo para estar en paz… tal vez es momento de silenciar un poco y escucharte más a ti.
Por : Andy I.