Un nuevo estudio publicado en la revista científica especializada The British Medical Journal a cargo de Jonathan Rogers, investigador del University College de Londres, advierte que síntomas neurológicos y psicológicos aparecen cada vez más en pacientes con infección leve de Covid-19.
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El estudio fue realizado en 30 países con 250 investigaciones, a una población mayor de 100 mil pacientes infectados. Los síntomas con mayor prevalencia son:
- Anosmia (43,1%) “pérdida de olfato”
- Debilidad (40,0%)
- Fatiga (37,8%)
- Disgeusia (37,2%) “Mal sabor persistente en la boca”
- Mialgia o dolor muscular (25,1%)
- Depresión (23,0%)
- Dolor de cabeza (20,7%)
- Ansiedad (15,9%)
- Estado mental alterado (8,2 %)
Los síntomas más estudiados en este estudio fueron dolor de cabeza (examinado en 84 estudios), mialgia (76 estudios), fatiga (67 estudios), anosmia (63 estudios) y disgeusia (52 estudios).
See the #openaccess paper at https://t.co/liYZmZLq9j.
— Jonathan Rogers (@drjprogers) June 7, 2021
El trastorno del sueño fue otro de los síntomas presentes en pacientes infectados leves con Covid-19, usando este término para generalizar y categorizar al insomnio, alteración del sueño y uno más sin especificar en el estudio pero que formaba parte de este grupo de problemas de sueño.
Hay casos específicos, como en las personas de edad adulta, en donde los delirios en los ancianos pueden presentarse como primer signo de Covid-19, antes, según revela la investigación, de presentarse problemas respiratorios.
El estudio, hasta ahora el más amplio, advierte de otras afecciones neurológicas más graves, aunque no tan comunes.
- Accidente cerebrovascular isquémico (1,9%)
- Accidente cerebral hemorrágico (0,4%)
- Convulsiones (0,06%)
El estudio concluye “el COVID-19 se acompaña de una amplia gama de síntomas neurológicos y neuropsiquiátricos, desde los más comunes, como la fatiga y la anosmia, hasta los más infrecuentes pero graves, como los accidentes cerebrovasculares y las convulsiones. Existe una morbilidad psiquiátrica sustancial, pero la falta de grupos de control limita hasta qué punto se puede atribuir la causalidad”.