En los últimos años, el “quiet luxury” dejó de ser solo una estética para convertirse en una actitud: menos logos, más calidad; menos ruido, más estilo real. Lo interesante es que esta tendencia ya no está reservada para presupuestos imposibles. Ahora muchas marcas accesibles están apostando por diseños simples, colores neutros y piezas que parecen de alta gama, pero sin el precio que asusta. Y claro, la Gen Z lo adoptó de inmediato porque es la mezcla ideal entre verse bien y ser prácticos.

Lo curioso del quiet luxury accesible es que cambia la forma en que pensamos la moda. Ya no se trata de seguir todas las micro-tendencias, sino de invertir en prendas que te duren más de una temporada. Camisas estructuradas, bolsos minimalistas, tejidos suaves… todo eso se volvió parte del “starter pack” de quien quiere verse elegante sin esforzarse demasiado. Es como decir: “sé que me veo bien, pero tampoco necesito presumirlo”.

Esta tendencia pegó porque va directo al mood actual: menos saturación, más calma visual. Y al final, lo mejor del quiet luxury accesible es que nos recuerda que el estilo no tiene que costar una fortuna. Solo necesitas piezas que te hagan sentir segura, fresca y auténtica, sin que un logo gigante hable por ti. El lujo ahora es sentirse cómoda… y eso sí está al alcance.

Por : Andy I.