La semana pasada hice un conteo de 5 tragedias Godínez que todos hemos vivido, pero después de que muchos en la oficina leyeran mi artículo, debatimos y se quedaron en el tintero otras tragedias que quise plasmar, así que agárrense porque estoy seguro que se identificarán con alguna de ellas. 

Que la fila del horno de microondas sea similar a la de un cajero automático en quincena

Por fin saldrás a comer y aunque tienes demasiada hambre, te quedaste a terminar un pendiente para irte sin compromiso. A pesar de pensar positivo y pedirle al dios Godínez que no haya mucha gente, cuando llegas al comedor la fila del veintiúnico microondas de la empresa, ésta se parece a la de la leche un martes por la mañana. Lo más triste es que te mueres por probar los tacos dorados que te preparaste la noche anterior, pero parece que muchos de tus compañeros están cocinando un pollo crudo, pues le ponen más de 3 minutos a su comida.

Que el único horno de microondas de la empresa se descomponga

Muchos no lo dicen, pero todos le tienen miedo a que el preciado (y único) horno de microondas de la empresa se descomponga y no puedas calentar tus enchiladas o el agua para echarle a tu sopa Maruchan. 

Tip Godínez: si en tu empresa sólo hay un horno, concientiza a la gente sobre el cuidado de este aparato. Puedes utilizar técnicas de persuasión como asegurar que tendrán que ir a comer a la calle, lo que probablemente impacte en sus bolsillos, verás que ya no azotarán la puerta del microondas ni van a apretarle a los botones como si estuvieran jugando “maquinitas”.

Que se te pierdan tus tuppers

Desconocemos si suceda lo mismo en otros países de Latinoamérica, pero por alguna extraña razón el tupper de un Godínez es tan valorado como el petróleo en México. Así es, este “oro multicolor” es cuidado en extremo por cada uno de los empleados que asisten a una oficina, ya que además de llevar en él tus sagrados alimentos, puedes provocar una hecatombe de ira si aún vives con tu mamá. El tupper, al igual que una madre: son sagrados, por lo que debes ser muy cuidadoso para no extraviar ninguno.

Tip Godínez: si vas a llevar un tupper a tu trabajo, lávalo y sécalo inmediatamente después de utilizarlo, pues como ya lo explicamos, podría perderse o podrían robártelo.

Que no depositen cuando ya es quincena

Dicen por ahí que no hay un té más relajante que el “ya te depositaron” y en este caso no es la excepción, por eso es bastante trágico llegar al cajero automático para ver que “aún no ha caído” el pago de tu trabajo, sobre todo cuando tu jefe te dijo que ya estaba la transacción. 

Cuenta la leyenda que cada quincena, después de retirar el dinero que hay en su tarjeta de débito, el Godínez evoluciona y se convierte en un ser supremo y omnipotente: el Godínez Pura Sangre. Para los que sepan inglés, el término es Godínez Thoroughbred.

Que laven los baños cuando tú quieres entrar

Típico. Después de ingerir tus sagrados alimentos y caminar un poco para ir al cajero, la digestión comienza a hacer de las suyas en tu cuerpo, lo que te lleva a hacer una escala. No vamos a entrar en detalles por respeto a aquellas personas que están comiendo mientras leen este artículo, pero sí diremos que para cualquier Godínez es bastante doloroso tener que aguantarse las ganas de entrar al tocador. Lo bueno de que hagan limpieza es que cuando haces tus necesidades fisiológicas lo haces con la confianza de tener un sitio limpio para llevarlas a cabo.

Y tú, ¿con cuál tragedia Godínez te sientes identificado? Estamos seguros que al menos con una de ellas estarás en sintonía, pero si no, vete pensando alguna otra para, tal vez, hacer una tercera parte. 

Por: Isaías ML

@pistorey