La apresurada salida del gobierno de Biden para abandonar Afganistán ha provocado infinidad de críticas al presidente de Estados Unidos por una decisión que muchos consideraron como innecesaria y como una traición para los que sirvieron en este territorio y para el propio pueblo.
Las imágenes desgarradoras que han difundido medios internacionales del aeropuerto de Kabul donde miles de personas buscan salir del territorio, no hacen más que reforzar este mensaje.
Justo este 30 de agosto, el último avión militar estadounidense, un C-17, despegó de este país asiático.
El propio general Frank McKenzie, quien supervisó el operativo, confirmó el final de la misión de casi 20 años que comenzó poco después del 11 de septiembre de 2001.
En las últimas dos semanas, Estados Unidos evacuó alrededor de 120 mil 000 personas -entre ellas-estadounidenses, afganos y de otras nacionalidades.
Es difícil impugnar las críticas a la precipitada salida de la administración Biden.
En resultado, Afganistán puede ser destruido, sus disposiciones de gobierno caen en lo poco representativas y corruptas.
Diversos especialistas señalan que la decisión de sacar las tropas estadounidenses del país son un golpe terrible para la credibilidad de Estados Unidos, en específico su confiabilidad como socio y, para su posición moral en los asuntos mundiales.
Quizá Biden esperaba que tras su decisión diera lugar a titulares como “La guerra de Afganistán terminó tras 20 años” o “La guerra más larga de Estados Unidos finalizó”.
Actualmente, varios de los aliados de Washington que se unieron al proyecto de Afganistán están resentidos. Existe un ambiente de decepción.
Por ejemplo, los ministros británicos, orgullosos de su tan promocionada “relación especial” con Estados Unidos, han criticado abiertamente la decisión del presidente Biden.
Mientras que, para sus aliados europeos, este suceso subraya lo dependientes que son de Washington y lo poco que cuenta su opinión una vez que la Casa Blanca decide tomar una dirección concreta en un tema.
Así que estas parecen ser malas noticias para Occidente…