La Jefe de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y la alcaldesa de Álvaro Obregón, Lía Limón, se enfrentaron por lo que se ha considerado un desplante de Sheinbaum.

Vía Twitter, la alcaldesa panista de Álvaro Obregón señaló el miércoles por la noche: “sé que mañana viene usted a un evento a la alcaldía que encabezo y no fui convocada. Invitar a la autoridad local es parte de la cortesía política y el trato respetuoso que debe prevalecer entre quienes gobernamos esta Ciudad”.

Al día siguiente, en el transcurso del evento en cuestión, Sheinbaum respondió al reclamo. En la escuela Zimbabue, la mandataria declaró que “a ningún alcalde, alcaldesa, se le está invitando al programa de entrega de tarjetas en las escuelas… Entonces, no es que sea un evento público; claro que cuando hagamos el recorrido por las alcaldías vamos a invitar a todos los alcaldes”.

Otros panistas capitalinos se sumaron a las críticas de Lía Limón, como el dirigente del partido en la CDMX, Andrés Atayde. El diputado Federico Döring señaló que el alcalde de Miguel Hidalgo, el también panista Mauricio Tabe, tampoco ha recibido invitación para acompañar a la Jefe de Gobierno durante sus giras por la demarcación.

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¿Por qué es importante?

Después de que Morena perdió la mitad de las alcaldías capitalinas en las elecciones de junio, la relación entre Sheinbaum y los alcaldes de oposición ha sido tensa. Primero se negó a recibirlos durante casi todo el proceso de transición y después la policía local impidió su paso al congreso de la ciudad para presentar sus puntos de vista sobre una reforma.

Sheinbaum tiene la encomienda de López Obrador de recuperar el terreno perdido para las elecciones de 2024, que coinciden con las presidenciales. La Jefe de Gobierno decidió adoptar la misma estrategia que AMLO utiliza para lidiar con la oposición: confrontamiento. Esa estrategia siempre tiene como perdedora a la ciudadanía. Veremos si electoralmente le funciona.

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