Desde hace semanas, Ricardo Monreal, Coordinador del Grupo Parlamentario de MORENA en el Senado de la República anunció que, sí o sí estará en la boleta presidencial para 2024. Para tender puentes con el sector empresarial, tan golpeado por el inquilino de los Pinos, anunció que presentará una iniciativa para retrasar la entrada en vigor de los cambios normativos a la subcontratación y dar un mes más, al pasar del 1 de agosto al 1 de septiembre.

 

“Después de haber escuchado a varios de los principales actores participantes, con los que me he reunido en los últimos días, he considerado conveniente la necesidad de proponer una iniciativa que amplíe el plazo y con ello permitir una mejor ejecución de las medidas que contiene la reforma aprobada”, anunció el Senador en un video publicado en sus redes sociales.

 

Monreal quiere cubrirse de gloria frente al sector empresarial, cuando fue la oposición quien advirtió que estaba en chino cumplir con los plazos de la reforma, lo que terminaría perjudicando empresas y trabajadores.

 

A todo esto, ¿qué es el outsourcing?

 

En abril del año pasado se aprobaron cambios a diversas leyes con objeto de prohibir de manera general la subcontratación de personal, dejándola como excepción cuando se trate de servicios u obras especializadas, que no formen parte de objeto social ni de la actividad económica preponderante de la empresa que las solicite.

 

Triunfal, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que: “Las modificaciones de ocho leyes daban fin al abuso de la subcontratación, al establecer reglas claras para no afectar a los trabajadores, garantizar las prestaciones que por le corresponden a los trabajadores y repito, hacer valer el reparto de utilidades”.

 

Desafortunadamente, esta práctica se había convertido en una oportunidad para que muchas empresas evadieran sus obligaciones y el pago de impuestos. Investigaciones señalan que seis de cada diez trabajadores no cuentan con aguinaldo, prima vacacional, ni las prestaciones de ley, porque están en este esquema de contratación.

 

La mayoría hemos escuchado sobre los vicios del “outsourcing malo”, donde no hay contratos, incumplen con sus obligaciones de ley, te registran con un salario menor al real para también pagar menos de cuotas, entre otras trampas y simulaciones.

 

 

Patrones: a marchas forzadas

 

Las cámaras empresariales como la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) y la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (CANACINTRA), si bien celebraron la iniciativa de Monreal, consideran que un mes más de plazo no es suficiente, sino que solicitan que se considere la fecha de enero de 2022, tal y como lo considera la propuesta presentada por la senadora Kenia López Rabadán del PAN.

 

Las empresas señalan las dificultades burocráticas y de sistemas para apegarse a la ley. Así no habrá tiempo que alcance.

 

Los patrones están apurados por regularizar su situación, pues se exponen a que se les imponga una multa de 2,000 a 50,000 veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA), lo que es alrededor de 4.5 millones de pesos.

 

El plan de Monreal es convencer a la Comisión Permanente de que se apruebe la realización de un periodo extraordinario en ambas cámaras para aprobar la prórroga. Sin embargo, hasta el momento, no se han alcanzado los acuerdos para llevarlo a cabo.

 

Trabajadores: en incertidumbre

 

Diversas fuentes señalan que 3.1 millones de trabajadores en México podrían quedar indefensos y desprotegidos si no se acepta la prórroga.

 

Un análisis elaborado por los diputados del PRI, han advertido que se podría generar el despido inmediato de medio millón de personas, además de que podría fomentarse la informalidad y la simulación, pagando a los trabajadores en efectivo, vía “contratos de honorarios”.

 

Y es que el paso a la regularización no es tan fácil. Otros estudios señalan que el 78% de las organizaciones deberá realizar una sustitución patronal o reubicar empleados en otras empresas.

 

Lo bueno y lo malo del outsourcing

 

Por supuesto que el ideal es que todos los trabajadores obtengan mejor remuneración, más certezas y mejores prestaciones.

 

Sin embargo, no podemos dejar de lado que el COVID-19 ha causado una importante crisis económica, generando despidos. Así que al obligar a las empresas a no contratar bajo la modalidad del outsourcing, sin los tiempos adecuados, puede desincentivar la generación de empleos o peor aún, generar despidos. Lo que implicaría que nos estaría saliendo más caro el remedio que la enfermedad.