Aunque Charles Sobhraj ha sido objeto de tres libros, dos películas y una serie de, Netflix, por haber cometido entre 12 y 30 asesinatos en la década de los 70s, su nombre —y apodo: la Serpiente— no es tan reconocido, como los de Charles Manson y Ted Bundy. A ese par, habría que sumarle, también, la lista de asesinos seriales americanos que Mindhunter, en sus tres temporadas, colocó en streaming para consumo de la cultura pop y seguidores del género narrativo.
Si bien la oferta de asesinos seriales parecería estar sobresaturada, The Serpent (2020), producción de la BBC y emitida por Netflix, se distingue de ofertas homónimas, no solo en temas de producción, idioma y geografía, sino por mostrar qué pasaba del otro lado del mundo, cuando los eventos de Manson acababan de sacudir a la opinión pública; Ted Bundy estaba en plena cacería y Edmund Kemper ejecutaba sus últimos crímenes.
The Serpent es que es una historia primordialmente oriental, que cuenta los vericuetos de Charles Sobhraj, un tipo de madre vietnamita y padre indio, nacionalizado francés gracias a las segundas nupcias de su madre con un militar del país galo, quien durante la década de 1970, se dedicó a seducir, envenenar y asesinar, a turistas estadonidenses y europeos, en su mayoría hippies, robándoles tanto su dinero, como su identidad.
Bonny & Clyde del sendero hippie
El sendero hippie es un recorrido que inicia en Europa y llega, por tierra, al sur de Asia. Allí, entre Tailandia, India y Nepal , Sobhraj se hacía pasar por socialité del área; vendedor de joyas; mecenas de causas justas; admirador de arte y un largo etcétera, para ganarse la confianza de los hippies que recorrían el sendero, quienes terminaban alojándose en el hostal de Sobhraj, siendo paulatinamente envenanados, hasta sufrir terribles agonías.
A Charles Sobhraj lo acompañó Marie-Andrée Leclerc, una turista canadiense en busca de aventuras en el sur de Asia, que acabó involucrándose sentimental y criminalemente con él, llegando a ser pieza clave en los delitos del francés.
El principal atributo de The Serpent es el dúo criminal, interpretado por los actores Tahar Rahim y Jenna Coleman. Él francés y ella británica, Coleman aprendió a hablar el idioma galo para interpretar a su Leclerc; una mujer cuyo nexo con Sobhraj fue comparado con Bonnie y Clyde, versión sur asiática.
Diplomático y detective
Apodado también como el Bikini Murderer, Sobhraj fue encarcelado en 1976, gracias a las labores de investigación de un ramplón diplomático holandés, quien al tanto de la desaparición de una pareja de connacionales asesinada —y desaparecidos— por Sobhraj, asume la causa de darle captura al asesino.
Herman Knippenberg, funcionario del cónsul holandés en Tailandia en los tiempos de Sobhraj, participó en la producción de la serie. También Nadine Gires, vecina de la pareja criminal y, por poco, una más de sus víctimas. Ambos colaboraron en el guion de The Serpent que, como hace medio siglo en Tailandia, revive para fines ficcionales, la pericia detectivesca de atrapar al villano.
La figura del diplomático holandés devenido en detective es clave en una narrativa donde, lo que importa, es la inteligencia, pericias y escapatorias del malo, finalmente capturado.
A pesar de que el rol detectivesco es fundamental en la trama, las conclusiones y denuncias de Knippenberg y Gires son, sistemática y permanentemente, rechazadas por funcionarios de mayor jerarquía y autoridades internacionales, hasta el final de la serie, cuando todo el mundo empieza a creer.
Se declara inocente
Sobhraj pagó condena entre 1976 y 1997 pero volvió a la cárcel 2003, tras ser capturado en Nepal, ciudad en la que también tenía orden de captura y a la que regresó utilizando (para sorpresa de las autoridades) su verdadera identidad. Fue condenado a cadena perpetua y hoy, con 77 años, aún se declara inocente de los —al menos— 12 asesinatos de los que se le acusa.
Rubén Machaen