Desde el 2002 que llegaron a Latinoamérica y, en específico, a México, los K-dramas se han vuelto muy populares gracias a las plataformas digitales como Netflix o Amazon, por mencionar algunas. 

Estas series son originarias de Corea del Sur y tienen un formato que se diferencia de las series de televisión y telenovelas occidentales. Generalmente, la extensión varía de acuerdo con la audiencia y horarios, en diversos géneros que habitualmente varían entre los 16, 20 y 50 capítulos, frecuentemente y sin secuelas. 

Estas producciones han contribuido a la expansión de la llamada ola coreana debido a que frecuentemente poseen millonarios presupuestos, además de ser protagonizadas por actores muy guapos y cantantes de K-pop con fama mundial, en una industria de entretenimiento consolidada.

Hoy en día hay muchas personas aficionadas a los dramas coreanos, la mayoría de ellas están ligadas al K-pop. Por otra parte, se ha visto en redes sociales a los jóvenes deseando tener un amor como en los doramas (término generalizado a las producciones asiáticas), los cuales han sido bastantes inspiradores para seguir un modo romántico, puesto que llevan altas expectativas.

Historia

La primera serie de televisión en ser transmitida por Korean Broadcasting System (KBS) en 1962 fue la histórica Gukto Manri,  dirigida por Kim Jae Hyung, donde se representó la era Goryeo.​ En la década de 1960, los televisores eran de disponibilidad limitada, por lo tanto los dramas no podían llegar a un público más amplio.​ Ya en la década de 1970, los aparatos de televisión comenzaron a extenderse entre la población en general, y los dramas pasaron de representar figuras históricas, a la introducción de héroes nacionales como Lee Sun Shin o Sejong el Grande

La década de 1980 vio un giro en la televisión coreana, con la llegada de imágenes a color. Los dramas modernos trataron de evocar la nostalgia de los habitantes de las ciudades al describir la vida rural. El guionista Kim Soo Hyun produjo su primer éxito comercial: ”Amor y ambición”.

En la década de 1990 trajo otro hito importante para la televisión coreana. A medida que la tecnología era desarrollada, nuevas oportunidades surgieron, y el comienzo de la década marcó el lanzamiento de un nuevo canal comercial, Seoul Broadcasting System (SBS), que facilitó y reinició una carrera por captar la atención de los espectadores. Uno de los éxitos comerciales de esa época fue ”Ojos del amanecer”.

Posteriormente, se introdujo un nuevo formato que cambió la forma en que los dramas coreanos eran emitidos, minimizando el tiempo en pantalla con 12 a 24 episodios, finalmente esta época marcó el inicio de la exportación para las series locales, lo que desencadenó la ola coreana a finales de la década.

Estas producciones, en el público femenil, se han vuelto una aspiración ya que exponen historias de un amor ideal acompañado con una carga de expectativa, emoción y drama, sin dejar de lado a galanes que tienen un aspecto único y una pulcritud en su manera de actuar ante las féminas protagonistas. 

Por tal motivo se idealiza un estilo de vida,  sin dejar de lado que los dramas muestran una  parte de la cultura de Corea del Sur, que poco a poco ha ganado adeptos en Latinoamérica y en especial en México. 

Autor: Yaya