La inquisición española es uno de los capítulos más controvertidos y malinterpretados de la historia de España. Esta institución, que operó oficialmente desde 1478 hasta 1834, ha sido objeto de innumerables mitos y exageraciones. A continuación, exploraremos 5 de las creencias más comunes y contrastaremos con las realidades históricas documentadas.

Mitos y realidades:

Mito 1: la inquisición española fue la más brutal y sangrienta de todas las inquisiciones.

Realidad: aunque la inquisición española tuvo prácticas severas, no fue la única ni la más brutal de las inquisiciones. La inquisición medieval, establecida por el papa en el siglo XIII, fue también notablemente severa. Los tribunales de la inquisición en otros países, como Italia y Francia, también llevaron a cabo juicios y ejecuciones. En comparación, algunos estudios sugieren que la inquisición española tuvo un número de víctimas menor de lo que comúnmente se cree. Según el historiador Henry Kamen, aproximadamente entre 3,000 y 5,000 personas fueron ejecutadas durante los 350 años de actividad, una cifra considerablemente menor a la difundida por algunos mitos.

Mito 2: la inquisición española perseguía indiscriminadamente a todos los que no fueran católicos.

Realidad: si bien la inquisición tenía como objetivo principal la defensa de la ortodoxia católica, sus principales objetivos eran los conversos (judíos y musulmanes convertidos al cristianismo) sospechosos de judaizar o islamizar en secreto. También se enfocó en herejes, como protestantes y otros movimientos considerados desviaciones del catolicismo. No obstante, no perseguía a judíos o musulmanes que no se habían convertido al cristianismo, ya que estos estaban bajo otras jurisdicciones.

Mito 3: la tortura era una práctica común y ampliamente utilizada por la inquisición española.

Realidad: la tortura sí se utilizaba durante los interrogatorios, pero no era tan común como se cree. Solo una minoría de los casos involucraba tortura. Los procedimientos inquisitoriales incluían estrictas regulaciones sobre cómo y cuándo podía emplearse. De hecho, los inquisidores eran bastante meticulosos en la documentación y en seguir las normas legales del momento. La tortura se utilizaba más como un medio para obtener confesiones que como un castigo en sí mismo.

Mito 4: la inquisición española fue la principal responsable de la represión intelectual y científica en España.

Realidad: la inquisición tenía un papel en la censura de libros y en la vigilancia de ideas heréticas, pero no fue la única ni la principal causa de la represión intelectual en España. La decadencia intelectual y científica en España tuvo múltiples factores, incluyendo la situación política, económica y la resistencia a las ideas extranjeras. Además, durante el siglo de oro, España produjo importantes figuras en la literatura, el arte y la ciencia, como Miguel de Cervantes y Francisco de Quevedo, mostrando que la vida intelectual no estuvo completamente suprimida.

Mito 5: todos los juicios de la inquisición eran injustos y las víctimas no tenían ninguna oportunidad de defensa.

Realidad: aunque los juicios de la inquisición eran severos y a menudo sesgados, no eran completamente arbitrarios. Existían procedimientos legales establecidos, y los acusados tenían ciertas oportunidades para defenderse. Tenían derecho a un abogado (procurador) y podían presentar pruebas y testigos en su defensa. Sin embargo, la naturaleza del secreto de los procesos y la presión para obtener confesiones hacían que la defensa fuera extremadamente difícil y las probabilidades de ser declarado culpable eran altas.

La inquisición española sigue siendo un tema complejo y controvertido, con muchos mitos que han distorsionado la percepción popular de su funcionamiento y su impacto. Si bien no se puede negar que fue una institución represiva y que cometió graves injusticias, también es esencial reconocer que muchos de los aspectos más sensacionalistas que se le atribuyen son exageraciones o malentendidos. El estudio crítico y documentado de la historia es crucial para desentrañar la verdad de los mitos, proporcionando una visión más equilibrada y matizada de este oscuro capítulo de la historia española.