El 8 de marzo, más que un día de celebración, es un recordatorio poderoso de la lucha constante por la igualdad de género y los derechos de las mujeres en todo el mundo. Cada año miles de personas se unen en marchas, protestas y eventos para conmemorar el Día Internacional de la Mujer pero, ¿qué sucede después de que las multitudes se dispersan y las pancartas se guardan?

La verdadera fuerza del 8 de marzo radica en su capacidad para inspirar acciones continuas y cambios significativos en nuestras comunidades y sociedades todos los días del año. Estos son algunos puntos para continuar impulsando el camino hacia la igualdad de género:  

Educación y conciencia

El primer paso para el cambio es la educación. Después de la marcha, es importante seguir aprendiendo sobre las cuestiones que afectan a las mujeres y las niñas en nuestro país, incluidos temas como la violencia de género, la discriminación en el lugar de trabajo y el acceso desigual a la atención médica y la educación. Compartir información y aumentar la conciencia en nuestras comunidades es fundamental para construir un movimiento más fuerte y solidario.

Apoyo a organizaciones y causas

Es importante continuar apoyando a organizaciones que luchan por los derechos de las mujeres y las niñas. Ya sea a través de donaciones, voluntariado o participación en eventos y campañas, cada uno de nosotros puede contribuir a hacer una diferencia tangible en la vida de las mujeres.

Activismo local

La lucha por la igualdad de género no se limita a los grandes eventos y manifestaciones. Es importante transmitir estos aprendizajes en nuestras propias comunidades y trabajar para crear cambios en todos los niveles. Esto podría implicar la participación en grupos de defensa, la promoción de políticas inclusivas en el gobierno local o la organización de eventos y actividades centrados en cuestiones de género.

Apoyo mutuo

Es crucial mantener el apoyo mutuo entre las mujeres y las personas comprometidas con la igualdad de género. Celebrar los logros, brindar apoyo en momentos difíciles y trabajar juntas hacia un objetivo común son aspectos fundamentales de la lucha continua por la igualdad.

Por: Karina González