Por: Majo Juárez
@_majojuarez_
¿Te ha pasado en alguna clase, sesión o conferencia que por más que quieras poner atención, no puedes? Cada vez estamos más estimulados, el mundo está lleno de distracciones, estrés, y los estudiantes se enfrentan constantemente a desafíos que pueden hacer que se pierda el enfoque y se dificulten los procesos de aprendizaje. En este contexto, el mindfulness, o atención plena, se presenta como una herramienta poderosa que puede ayudar a mejorar nuestra capacidad de atención.
¿Qué es el mindfulness?
Se trata de centrar la atención en lo que está sucediendo, en el presente, sin dejarse llevar por pensamientos o preocupaciones externas. Aunque el mindfulness es comúnmente asociado con la meditación, también puede ser practicado en cualquier momento del día, ya sea al estudiar, al caminar o incluso durante conversaciones cotidianas. El chiste es fomentar la calma mental y desarrollar una mayor conciencia de las emociones.
¿Cómo integrarlo en la educación?
Podrías pensar que integrar esta estrategia en la educación requeriría cambios drásticos, pero la realidad es que pequeños ajustes marcan una gran diferencia. Como maestro, podrías comenzar el día con breves sesiones de meditación o ejercicios de respiración para calmar la mente antes de comenzar las actividades. También se pueden incorporar pausas breves para hacer respiraciones profundas antes de una evaluación o tarea importante. Incluso, al estudiar o al preparar un examen puede ser igualmente beneficioso para mantener la calma y concentrarse mejor.
¿Lo implementarías en tus clases? Te invitamos a hacer una prueba de esta poderosa herramienta que puede mejorar la concentración, reducir el estrés y fomentar la autorregulación emocional.