El amor propio no siempre implica grandes gestos; a veces, los cambios más significativos vienen de pequeñas acciones cotidianas que fortalecen nuestra relación con nosotros mismos. Aquí te muestro algunas ideas para alimentar tu amor propio, respaldadas por investigaciones y expertos en bienestar emocional.

 Comienza el día con un pensamiento positivo

Estudios han demostrado que practicar afirmaciones positivas puede mejorar la autoconfianza y reducir el estrés. Un ejemplo sencillo: “Hoy soy capaz de afrontar lo que venga”. Según la psicóloga Dr. Lauren Alexander de la Universidad de California, este hábito puede reprogramar nuestra mente para centrarse en lo bueno, en lugar de lo negativo*2. Dedica tiempo a un hobby** Ya sea leer, pintar o cocinar, invertir tiempo en actividades que te apasionan fomenta el bienestar emocional. Según un artículo del Journal of Occupational Science, los hobbies no solo son terapéuticos, sino que también mejoran la concentración y disminuyen la ansiedad.

Di “no” sin miedo

Aceptar más de lo que puedes manejar lleva al agotamiento. Practicar decir “no” de manera amable pero firme es un acto de autocuidado. Según la coach de vida Nancy Levin, esta habilidad establece límites saludables y protege tu energía.

Ten tu propio espacio

Tener un espacio dedicado al descanso puede hacer maravillas para tu bienestar emocional, especialmente en esos días donde todo parece un caos. No necesitas redecorar toda tu casa; basta con un rincón donde puedas sentirte tranquilo.

Empieza por elegir un lugar que asocies con comodidad: puede ser una esquina de tu cuarto, un sillón cerca de una ventana o incluso un espacio en el balcón. Luego, añade elementos que te ayuden a relajarte. La terapeuta ambiental Sally Augustin recomienda incluir luz cálida, como la de una lámpara tenue o velas, para crear un ambiente acogedor. Además, las plantas son tus aliadas: no solo embellecen el espacio, sino que también purifican el aire y reducen el estrés, según un estudio de la Universidad de Queensland.

Si eres de los que necesitan algo para estimular los sentidos, considera usar aceites esenciales como lavanda o eucalipto. Estos aromas están relacionados con la relajación y pueden ayudarte a desconectarte del estrés del día.

Alimenta tu mente con gratitud

Tomarte un momento para reflexionar sobre lo que tienes, en lugar de lo que te falta, puede cambiar por completo tu perspectiva. Practicar la gratitud no requiere de un gran esfuerzo: basta con identificar tres cosas por las que estés agradecido cada día. Pueden ser cosas sencillas, como el sabor de tu café favorito, un mensaje inesperado de alguien querido, o incluso un rayo de sol en un día nublado.

Esta práctica no es solo un cliché, tiene bases científicas. Un estudio de la Universidad de California encontró que las personas que mantienen un hábito de gratitud experimentan niveles más bajos de cortisol, la hormona del estrés, y se sienten más satisfechas con su vida. Además, escribir tus agradecimientos en un diario puede reforzar los beneficios, ya que ayuda a consolidar esos pensamientos positivos.

El amor propio no es una lista de cosas por tachar; es un constante recordatorio de que eres importante. Empieza con algo chiquito, y deja que esos gestos te guíen hacia algo más grande.