¿Resiliencia? ¿Y eso cómo se come?

Cuando hay cambios que nos dejan tirados en la lona ¿Qué hacemos? ¿Cómo enfrentamos los eventos difíciles? ¿Qué hacer frente a la muerte de un ser querido? ¿La pérdida del trabajo nos puede dar depresión? En todo momento estamos expuestos a circunstancias que pueden cambiar nuestra vida de un momento a otro. Como tú, en este momento, estás leyendo en el vagón del metro y se estrella. Esperemos jamás pase esto.

Hace no mucho en el funeral de mi abuela, mi mamá frente a todas sus hermanas, llorando en un momento muy fuerte para mi familia, dijo algo que me marcó para toda la vida: “Dejar soltar también es amar”. A veces nos aferramos tanto al pasado, a nuestro confort, que cuando cambian nuestras circunstancias simplemente no podemos vivir sin ellas.

La resiliencia es la capacidad de enfrentar adversidades y levantarse de nuevo. Todos necesitamos tiempo para salir delante de problemas. La resiliencia es un proceso natural, donde para salir adelante tenemos que tocar fondo. Resiliencia significa “rebotar” la tristeza, angustia y emociones que nos pueden llevar a un pozo sin fondo emocional que es parte de nuestra naturaleza humana. Sin embargo, hay algunas acciones que podemos realizar para salir adelante, como nunca culparnos, ser flexibles frente a las circunstancias, aprender del pasado y lo más importante de todo, juntarse con gente que te impulse a ser mejor persona.

Actualmente existen países resilientes como el caso de Japón, que después de la Segunda Guerra Mundial y ser devastado, entendió que tenía una oportunidad de comenzar de nuevo y decidió reinventarse. Aprendieron del pasado. Hoy en día es potencia mundial.

¿Pero cómo puedo moverme de mi situación actual si estoy en crisis?

Es normal que tengamos miedo de reconocer nuestras debilidades o culpar a la vida, Dios o lo que sea para ser víctimas; debemos entender que hay acontecimientos que no podemos comprender por qué suceden, como un cáncer, un accidente, etc. Evidentemente, nadie lo desea; sin embargo, estas cosas pasan. Ahora lo que toca es aceptarlo y ver de qué forma salimos de ahí. ¿Pero cómo salimos si tenemos miedo? RECONOCER es una palabra que me fascina, es un palíndromo, se lee igual al derecho que al revés; es una palabra que tiene un equilibrio. Cuando comenzamos a reconocer nuestros miedos o debilidades, comenzamos a ser más fuertes y no cuando los evadimos u ocultamos. La resiliencia puede ser una técnica con estos primeros pasos:

No al auto saboteo: a veces nosotros mismos somos los que nos despreciamos y sentimos que no nos merecemos una mejor realidad, las causas pueden ser muchas, pero dejar de meternos el pie es lo primero.

Ponernos metas: una persona que tiene sueños tiene un motivo para vivir. Se escucha muy trillado, pero luchar por tus sueños es lo único que le dará sentido a salir de la adversidad emocional.

Y para no ser tan solemnes y positivos, el número 3 es el que más me gusta.

Manda a la mierda: sí, a la gente que no suma, a la gente que solo critica, mucho ayuda el que no estorba, a la gente que no es empatía, a la gente que te busca siempre por interés, aprende a ser selectivo contigo. A esa gente le das lo mismo, simplemente hablan desde su carencia y en realidad opinan de tu vida porque su vida es vacía.

Si terminaste de leer la nota, ¡felicidades! quiere decir que te hizo sentido y quizás tú no lo necesites, pero sí un amigo. Compartamos resiliencia.