La tecnofobia ha aumentado con la inclusión de las tecnologías digitales en nuestra vida cotidiana. Su uso para casi todos los aspectos de las actividades esenciales aumentó con el confinamiento y el distanciamiento voluntario: los estudiantes recurrieron a conferencias virtuales, plataformas educativas; y, la mayoría de trabajadores recurrieron a plataformas para reuniones de trabajo y aplicaciones para realizar transacciones financieras.
De acuerdo con el artículo publicado por La Gaceta de la Universidad Nacional Autónoma de México, este trastorno ha afectado la interacción entre las personas, ampliando el sentimiento de soledad y aislamiento. Los canales de comunicación se rompen, pues las personas eliminan la retroalimentación que existe cara a cara.
Miguel Alberto Zapata, investigador de la UNAM en ciencia y tecnología, señaló que “la tecnofobia es un sentimiento de aversión por la tecnología, que la piensa principalmente a través de sus riesgos”, como la que ha sufrido un 10% de acuerdo con un estudio de la Universidad de Córdoba, Argentina, mientras que entre el 20 y 40% de la población mundial dice que sufre estrés y ansiedad ante el uso de nuevas tecnologías.
Para mantener la salud mental, se recomienda limitar el uso de dispositivos móviles y en pantallas, así como mantener rutinas de cuidado del sueño