A lo largo de la historia, cada primero de septiembre los presidentes de México ofrecen un informe de gobierno, sin embargo, la forma en como entregan este documento ha cambiado con el paso del tiempo.

Desde famosas palabras hasta reclamos en pleno acto protocolario es lo que nos han regalado algunos titulares del ejecutivo al rendir su informe.

Aquí te presentamos algunos de estos momentos que han marcado a los informes de México.

El Día del Presidente

En la década de los 50 el día del informe, el país se paralizaba, la vida giraba en torno al presidente y no había nada que lo impidiera.

Un ejemplo claro fue durante el mandato de Adolfo López Mateos, quien gobernó entre 1958 y 1964, todo eran fiestas y aplausos.

Una frase polémica

Un mes antes de la matanza de Tlatelolco del 2 de octubre, el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz durante su cuarto informe de 1968 aseguró que su gobierno había sido tolerante, pero que todo tenía un límite.

Las lágrimas del presidente

Tras asegurar que iba a “defender el peso como un perro”, José López Portillo se vio obligado a devaluar el peso frente al dólar. El 1 de septiembre de 1982, durante su último informe de gobierno, las lágrimas invadieron al mandatario.

El Reclamo

En el sexto informe de gobierno del presidente Miguel de la Madrid, el diputado Porfirio Muñoz Ledo, quien le reclamó por encubrir el gran fraude electoral de la historia pues justo acababan de pasar las elecciones de 1988 donde resultó ganador Carlos Salinas de Gortari.

Cambio de sede

Tras un incendio en la Cámara de Diputados, en 1990, Carlos Salinas de Gortari rindió su informe de gobierno en el Palacio de Bellas Artes.

El Boicot

En el 2006 el presidente Vicente Fox se vio obligado a entregar su último informe en el vestíbulo de San Lázaro por la ruptura con la bancada el PRI. El acontecimiento marcó el antecedente para que el congreso eliminara la obligatoriedad del ejecutivo de presentar el documento y desde entonces ningún presidente ha vuelto al Congreso de la Unión a entregar su informe.

La nueva etapa

A partir de entonces, los mandatarios federales que le siguieron envían el documento del informe al Congreso de la Unión en manos del secretario de Gobernación (Segob), quienes toman nota de recibido y es todo, ya no hay mensaje presidencial ahogado entre porras y vítores de los diputados afines al presidente

AMLO y sus informes

En este sexenio, las palabras lo son todo, como lo hemos visto en estos tres años López Obrador no se cansa de dar discursos, el problema es que no es suficiente para ver un cambio real en el país.

 

 

 

 

 

 

Adriana Estrada