Las tormentas de los últimos días en Europa occidental dejaron 130 personas muertas y más de mil desaparecidos en Alemania, Bélgica y Países Bajos.

 

El agua ocasionó el desbordamiento de ríos y presas que invadieron calles arrastrando a personas, autos, árboles, negocios, animales de granja y casas.

 

Helicópteros rescataron a personas que se encontraban atrapadas en los techos de sus casas. Hay un número indeterminado de edificios destruidos y casas arrastradas por las corrientes de lodo.

El presidente alemán Frank-Walter Steinmeier se comprometió a luchar contra contra el cambio climático para disminuir las condiciones meteorológicas extremas.

Por su parte, la canciller Angela Merkel, mediante una videoconferencia, ofreció apoyo a las personas afectadas en Renania-Palatinado y anunció su visita a la zona de desastre.