El acoso sexual en el entorno laboral es una de las formas más comunes —y menos denunciadas— de violencia de género. Afecta principalmente a las mujeres, aunque también puede ser sufrido por hombres, y tiene consecuencias devastadoras tanto para la víctima como para el ambiente organizacional. Reconocer, prevenir y sancionar esta conducta es una responsabilidad de toda sociedad que aspire a entornos laborales seguros y equitativos.

¿Qué es el acoso sexual laboral?

Se entiende por acoso sexual laboral cualquier comportamiento de naturaleza sexual, verbal o física, no deseado por la persona que lo recibe, que tiene por objeto o resultado atentar contra su dignidad, crear un entorno intimidatorio, hostil, degradante, humillante u ofensivo. Esta conducta puede venir de un superior, un compañero o incluso un tercero ajeno a la empresa.

El acoso puede manifestarse de diversas maneras, incluyendo:

  • Comentarios sexuales explícitos o insinuaciones constantes.
  • Miradas lascivas o gestos obscenos.
  • Toques físicos no consentidos.
  • Envío de mensajes, imágenes o correos con contenido sexual.
  • Ofrecimiento de beneficios laborales a cambio de favores sexuales (acoso quid pro quo).

Consecuencias del acoso sexual en el trabajo

Las víctimas de acoso sexual enfrentan consecuencias emocionales, físicas y profesionales. Entre ellas:

  • Estrés, ansiedad y depresión.
  • Baja autoestima y aislamiento social.
  • Ausentismo laboral y disminución del rendimiento.
  • Renuncia forzada o pérdida del empleo.

A nivel institucional, el acoso sexual afecta el clima laboral, incrementa la rotación de personal, reduce la productividad y puede dañar gravemente la reputación de la empresa.

El marco legal

Muchos países han tipificado el acoso sexual como un delito o como una falta grave dentro del ámbito laboral. Las leyes suelen exigir a las empresas la implementación de protocolos de prevención, atención y sanción.

Por ejemplo:

  • En México, la Ley Federal del Trabajo y la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia lo contemplan como una forma de violencia laboral.

¿Qué hacer si eres víctima?

  1. Reconocer que se trata de acoso y que no es tu culpa.
  2. Documentar las pruebas (mensajes, correos, testigos).
  3. Informar a Recursos Humanos o al área designada por la empresa.
  4. Buscar asesoría legal o acudir a organismos especializados si no hay respuesta institucional.

Es importante saber que muchas organizaciones cuentan con protocolos de actuación que garantizan la confidencialidad y la protección de la víctima.

La importancia de la prevención

Prevenir el acoso sexual en el trabajo no solo es una obligación legal, sino una inversión en la salud organizacional. Las empresas deben:

  • Capacitar a su personal en igualdad de género y derechos humanos.
  • Establecer canales seguros y eficaces para denunciar.
  • Promover una cultura de respeto, inclusión y cero tolerancia ante cualquier forma de violencia.

El acoso sexual en el trabajo es una forma de violencia que mina la dignidad de las personas y la integridad del entorno laboral. Combatirlo requiere compromiso, educación, leyes firmes y un cambio cultural profundo. Solo así se podrá garantizar que los espacios de trabajo sean verdaderamente seguros, libres e igualitarios para todas las personas.