Por: Isaías ML

@pistorey

Cada 28 de junio, el mundo celebra el Día del Orgullo , una fecha que conmemora la resistencia y lucha de la comunidad LGBTTTIQ+ por la igualdad de derechos y la aceptación social. 

Lo que comenzó como una serie de protestas y marchas en memoria de los disturbios de Stonewall en 1969, se ha transformado en una celebración global que promueve la visibilidad, la dignidad y los derechos de las personas LGBTTTIQ+. 

Sin embargo, con la creciente popularidad y aceptación social de esta fecha, muchas marcas y empresas han comenzado a aprovechar el mes del orgullo con fines comerciales, levantando críticas sobre la autenticidad de su apoyo a la causa.

La comercialización del orgullo

El “rainbow-washing” o “lavado arcoíris” se refiere a la práctica de las empresas que adoptan temporalmente la iconografía y los colores del arcoíris, asociados con el movimiento LGBTTTIQ+, durante el mes del orgullo para proyectar una imagen inclusiva y progresista. 

Si bien algunas de estas iniciativas pueden parecer bien intencionadas, a menudo carecen de sustancia y de un compromiso genuino con la causa.

La superficialidad del apoyo corporativo

Las críticas hacia esta comercialización se centran en la superficialidad del apoyo corporativo. Muchas empresas cambian sus logotipos a versiones arcoíris y lanzan productos de edición limitada sin realizar ningún esfuerzo significativo para apoyar a la comunidad LGBTTTIQ+ durante el resto del año. 

Esta práctica se percibe como un intento de capitalizar la popularidad del mes del orgullo sin contribuir de manera tangible a la lucha por los derechos LGBTQ+.

Por ejemplo, una marca de ropa puede lanzar una línea de camisetas con temas del orgullo, pero si esa misma empresa no tiene políticas inclusivas en el lugar de trabajo, no apoya a las organizaciones LGBTTTIQ+ con donaciones o no promueve la diversidad y la inclusión durante todo el año, su apoyo se percibe como hipócrita y meramente oportunista.

El impacto en la comunidad LGBTTTIQ+

La comercialización del orgullo puede tener efectos negativos en la comunidad. Primero, puede desviar la atención de los problemas reales y las luchas que enfrenta la comunidad. En lugar de centrarse en la visibilidad y el activismo, el enfoque se desplaza hacia el consumismo y la moda. 

Segundo, esta práctica puede trivializar la historia y la importancia del movimiento LGBTTTIQ+, reduciéndolo a una tendencia pasajera en lugar de una lucha continua por la igualdad de derechos.

La autenticidad en el apoyo

Para que el apoyo de las empresas sea percibido como auténtico, deben ir más allá de los gestos simbólicos durante el mes del orgullo. Esto implica implementar políticas inclusivas en el lugar de trabajo, apoyar a organizaciones LGBTTTIQ+ con donaciones significativas o promover la visibilidad y los derechos durante todo el año, no sé, que se vea que realmente se quiere apoyar a la comunidad de manera constante, no sólo durante una fecha. 

Además, las empresas deben estar dispuestas a escuchar y aprender de la comunidad LGBTTTIQ+, participando en conversaciones significativas y adoptando un enfoque centrado en la comunidad en sus esfuerzos de apoyo.

El Día del Orgullo es una fecha importante que celebra la diversidad y lucha por la igualdad de derechos. Si bien es positivo que las empresas muestren apoyo a la causa, es crucial que este apoyo sea auténtico y no meramente comercial. 

La verdadera solidaridad con la comunidad LGBTTTIQ+ implica un compromiso continuo y significativo con la promoción de la igualdad y la inclusión, no solo durante el mes del orgullo, sino durante todo el año, solo entonces las marcas podrán contribuir genuinamente a la lucha por los derechos de la comunidad y ser verdaderos aliados en la causa.