Por Alan Loera

Según la filosofía, la belleza es una abstracción de algo que complace un atributo o agrada a la vista, estado de ánimo o emociones para el observador; es captada a través de la percepción de los sentidos que genera un bienestar emocional. La belleza es considerada como tal cuando se convierte en algo sublime o extraordinario que provoca una profunda emoción para el ser humano.

Si echamos un vistazo a la historia de la belleza buena parte recae en la figura de la mujer. Desde el comienzo en la prehistoria la belleza se asociaba con la mujer y su fertilidad; más adelante, en el Renacimiento, la figura femenina debía ser redondeada y de piel blanquecina. En el Barroco se fijaban más en los cuerpos “rellenitos”, mientras que en la época Victoriana se intentaba resaltar el busto y las caderas con corsés que no dejaban ni respirar. 

Ya para 1950 la idea de que la mujer era la belleza en persona se comenzaría a poner en duda, pues aunque eran pocos, los hombres y la comunidad LGBTQIA+ ya entraban dentro del estereotipo de belleza de su época; en este año la voluptuosidad y las curvas eran consideradas como lo ideal. De los años 70 a los 90 los cuerpos comienzan a estilizarse por medio de la cirugía plástica, para adaptarlos al canon que continuaban siendo los mismos décadas atrás. 

En la actualidad, la belleza no recae en el género, más bien en el cuerpo en sí mismo. Los cuerpos son moldeados por ejercicio y los gimnasios se encuentran repletos de gente que busca idealizar esa belleza, pero sólo con cirugías o filtros de Photoshop se puede llegar a esa perfección.

Sin embargo, en los últimos años ha surgido un concepto que cambió por completo el modo de percibir la belleza corporal: el movimiento body positive. El Periódico La Nación, en su texto ¿Qué es la belleza hoy?, menciona que “el cambio en la interpretación del rol de la mujer amplía la idea de belleza más allá de las cuestiones superficiales y los estereotipos. Ser bella hoy tiene que ver con la aceptación de las cualidades y el alejamiento de prácticas que en otras épocas resultaron dañinas”. 

El body positive busca que las personas se sientan bien con su imagen, sin importar talla, color de piel o edad. Además, este movimiento pretende desafiar los estándares de belleza impuestos por la sociedad. 

Desde nuestros orígenes como humanidad los cánones o percepciones dependen de los parámetros establecidos de la sociedad en que la persona se desarrollara. Pero por lo general es el mismo para todos, pues con el paso de los años la sociedad ha dejado esos clichés tan ortodoxos con respecto a la belleza y ha iniciado un cambio que puede ayudar a ver la vida y la belleza de otra manera, y así provocar que la apariencia no represente alguna molestia mental o moral.

El costo de la belleza