No es ningún secreto que la sexualidad en los hombres y en las mujeres ha sido tratada distinta socialmente. Bertrand Russell fue un filósofo, matemático, lógico y escritor británico, ganador del Premio Nobel de Literatura, escribió un ensayo llamado “Nuestra ética sexual” en donde, en el último punto, toca el tema de la igualdad sexual y dice: “¿Acaso las mujeres son vistas igual que los hombres en su conducta sexual?”

La sexualidad en las mujeres

En la mayor parte de los casos, la mujer no es “bien vista” por tener una relación sexual abierta, pero si el hombre ejerce esa misma libertad, en la mayoría de los casos se le ve como un logro. Si es la misma situación, ¿por qué no hay igualdad y el mismo respeto hacia ambos sexos?, ¿quién decide qué está mal?

Decia Béjar en 2006: “Cuando la mujer asuma el placer erótico como propio, sepa cómo encontrarlo y buscarlo dentro de sí misma, no tendrá necesidad de fingir orgasmos e iniciará un nuevo modelo de Sexualidad Femenina desde la perspectiva femenina sin tener que repetir estereotipos y roles sexuales heredados de cientos de generaciones en generaciones.

Si las mujeres llevarán a cabo cambios en su sexualidad, ambas partes (la masculina y femenina) saldrían ganando, pues al hombre se le quitaría una gran responsabilidad de ser el “dador del placer” que es una carga muy fuerte pues siempre tiene que estar dispuesto y mostrar una erección lo suficientemente firme y además duradera. generaciones atrás”.

¿Qué hay de los hombres?

En cambio, la sexualidad en los hombres siempre ha sido más libre socialmente, incluso, con un cierto concepto de entre más sexo o más personas con las que tener sexo tengan, son, socialmente, “mejores hombres”. 

Esto es lo que se ha construido de generación en generación, sin embargo, también los hombres han tenido una especie de responsabilidad sobre generar placer y siempre estar disponibles para tener sexo, como bien escribía en el primer texto. 

Hoy reconocemos que la sexualidad es un regalo maravilloso de placer en el cual los involucrados tienen responsabilidad individual de su propio placer y se busca el disfrute de ambos.

Las personas, sin importar el género, ¡deciden!

Así es, no importa el género, la sexualidad es un regalo y las decisiones sobre ella solo te pertenecen a ti. Es tu cuerpo, es tu placer. Así como la sexualidad es tuya, las acciones a tomar de acuerdo a tu plan de vida también.

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Daniela Vega