La tercera de las reformas constitucionales anunciadas por el presidente de la república, es la electoral. Según lo dicho por el primer mandatario, es preciso garantizar que quienes coordinen las elecciones sean: “gente inobjetable, rectos, auténticos demócratas…que no los controle la oligarquía y que el amo sea el pueblo”.

Luego de la conclusión de la jornada electoral del 6 de junio, López Obrador criticó que en México tiene el organismo electoral y las elecciones más caras del mundo, de ahí la importancia de realizar una reforma de fondo.

Uno de los temas que más debate ha generado es su propuesta de eliminar los diputados y senadores plurinominales o de representación proporcional, bajo el argumento de que “son muchos”.

 

Pero: ¿qué son los pluris?

 

Resulta que hay tres formas de ser legislador:

 

1. Por mayoría relativa: Ganan por voto directo durante las elecciones.

 

2. Por primera minoría: Los que quedaron en segundo lugar (OJO: esta fórmula sólo aplica en el Senado)

 

3. Por representación proporcional, mejor conocidos como los “famosos” plurinominales.

 

Para ser “pluri”, es preciso formar parte del sistema de listas regionales, las cuales se votan en las cinco circunscripciones plurinominales en las que se divide el país. Así, cada partido obtendrá tantos legisladores de representación proporcional como el porcentaje de votos que haya alcanzado en cada circunscripción.

 

Ahora, metámosle números:

 

Cámara de Diputados:

300 legisladores por mayoría relativa
200 plurinominales o de representación proporcional

 

Cámara de Senadores:

64 legisladores de mayoría relativa
32 de primera minoría
32 plurinominales

 

 

¿Para qué tenemos pluris?

Era el año de 1977. La presión para incluir en el Congreso más voces, en particular de izquierda, era una demanda en ascenso. De este modo, se introdujo el sistema mixto de representación proporcional, que incrementó el número de diputados a 400 (300 uninominales y 100 plurinominales). El objetivo del entonces presidente López Portillo fue garantizar un espacio para que pudieran expresarse los partidos pequeños, tomando en cuenta las buenas experiencias internacionales.

 

Monreal ya nos adelantó qué esperar de la reforma electoral

 

Luego del anuncio de AMLO, el presidente de la Junta de Coordinación Política en el Senado de la República, Ricardo Monreal, dijo que ya estaba trabajando en la iniciativa respectiva, a fin de recoger la voluntad popular luego de los comicios: “un gran porcentaje de ciudadanos cree que el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) son contraparte, no son árbitros ni están actuando con imparcialidad, certeza y objetividad”.

 

La próxima reforma, dijo, busca obligar a que órganos electorales y funcionarios públicos actúen con legalidad, fortaleciendo el combate al fraude electoral como es el uso de programas públicos para presionar al voto, así como la entrega de tarjetas o despensas. Un aspecto fundamental será la racionalidad en el uso de recursos públicos, además de incorporar mecanismos modernos como la urna electrónica.

 

Monreal también adelantó que otro de los temas prioritarios sería el de las redes sociales, en específico el cómo fiscalizar el uso de bots y campañas sucias. Reiteró que sí o sí iba el tema de la eliminación de los plurinominales.

 

¿Tener pluris es bueno o malo?

 

Que si no votamos por ellos, que si son muy caros, que si ya dejaron de ser representativos… éstas son sólo algunas de las críticas que ha enfrentado el sistema de representación proporcional y que son el fundamento del presidente para la reforma. Sin duda, se trata de un debate muy dividido.

 

Recientemente, el consejero del INE, Uuc-kib Espadas, advirtió que “Eliminar diputadas y diputados de representación proporcional significaría despojar de representación en el Congreso, en números redondos, al 60 por ciento de las y los ciudadanos. Un retroceso de 104 años para la democracia mexicana”.

 

Otros expertos han advertido que no debemos comprarnos la falacia populista. Que es falso pensar que con sólo eliminar a los plurinominales tendremos unas cámaras menos costosas y más representativas.

 

Lo cierto es que los pluris dan espacio a las expresiones minoritarias que también deben ser escuchadas, garantizando así un Congreso que refleje la diversidad de la que somos parte.

 

Si bien se trata de un sistema que vale la pena revisar, lo cierto es que eliminarlo de tajo representa un retroceso de, al menos 40 años, que abriría la puerta a dos enemigos con los que hemos venido luchando: la sobrerrepresentación de mayorías y la falta de pluralidad de voces.