La investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación puso el dedo sobre la llaga sobre cómo empresarios, políticos y miembros de la farándula en todo el mundo ocultan sus riquezas para intentar pagar impuestos. Han figurado desde jefes de Estado, como el presidente de Rusia Vladimir Putin, hasta cantantes como Miguel Bosé.

México no podía quedarse atrás y contribuyó con alrededor de tres mil ciudadanos para engrosar la lista de personas señaladas en la investigación. Ahí están algunos de los empresarios más ricos, como Germán Larrea y María Aramburuzabala; políticos cercanos a López Obrador como el Secretario de Comunicaciones y Transportes, Jorge Arganis, y el ex consejero jurídico de la Presidencia Julio Scherer, además de famosos como Luis Miguel y Alejandra Guzmán.

La investigación puso al descubierto un problema de escala mundial. Mostró cómo ricos de todo el mundo ocultan sus bienes para evitar el pago de impuestos, aprovechando la flexibilidad de las leyes y en otros casos violándolas.

Justifica AMLO hallazgos de Pandora Papers

Por parte de las autoridades mexicanas, López Obrador ha dicho que este “chismecito” ―así lo llamó― deberá investigarse. Por su parte, el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto, indicó que indagarán los casos mediante una “generación de modelos de riesgo”, para seleccionar aquellos en que la UIF profundizará, “siendo imposible analizar a más de 3 mil personas involucradas en nuestro país”.

Sin duda, la investigación judicial es una parte importante de la reacción que se espera del Estado mexicano ante la información que se puso al descubierto; y sólo se puede esperar que las autoridades competentes actúen apegadas a derecho y con imparcialidad, en especial en los casos de personas vinculadas a López Obrador y su movimiento político. Sin embargo, investigar y, en su caso, sancionar no debe ser la consecuencia más importante que dejen los Pandora Papers. Este trabajo periodístico pone sobre la mesa, nuevamente, la oportunidad y la obligación para los gobiernos del mundo de revisar sus regímenes fiscales y su capacidad para cobrar los impuestos que corresponden a cada persona y empresa.

En el caso específico de México, los Papeles de Pandora son una fuerte llamada de atención sobre un gobierno que conquistó el poder con la bandera del combate a la corrupción, pero que no ha tomado acciones concretas para erradicarla. La corrupción no se elimina repitiendo en conferencias de prensa que se terminaron las malas prácticas, sino con leyes robustas y con instituciones capaces de hacer cumplir la ley y que cuenten con presupuesto suficiente para desempeñar sus funciones.

Desde luego, este problema mundial sólo puede resolverse de fondo con coordinación internacional, con normas compartidas entre una buena cantidad de países y con mecanismos para seguir las pistas del dinero y compartir información. Ahora que México está tan activo intentando recuperar liderazgo regional en América Latina, podría tomar el combate internacional a la evasión fiscal como bandera, en lugar de ensalzar a dictadores del continente.

¿Qué dicen los Pandora Papers de la élite mexicana?