¿Qué resolvió la Corte?

En pocas palabras, el Máximo Tribunal del país invalidó una serie de artículos de la Ley General de Salud que prohibían el uso recreativo de la marihuana. Una mayoría de 8 ministros consideró que impedir su consumo era una “restricción desproporcionada al derecho al libre desarrollo de la personalidad de los consumidores”. Es decir, lo importante es tu autonomía, lo que tú mismo decidas hacer en tu propio cuerpo sin dañar a los demás.

El que se pueda o no consumir la cannabis ha sido un tema recurrente en la Corte en los últimos años. Todo empezó en 2015, con una niña de 8 años de nombre Grace, quien se convirtió en la primera mexicana a la que se le permitió, legalmente, usar un tratamiento derivado de la marihuana.

 

Tres años después, la SCJN dio otro paso importante al considerar que era incongruente prohibir la marihuana pero sí dar chance al consumo de alcohol y el tabaco. Así, se generó un primer criterio (hasta llegar a cinco), para permitir ciertas actividades para el consumo lúdico. ¿Esto qué significó? Que sustentada en ese criterio, cualquier persona podría solicitar un amparo para que se le otorgara el permiso específico.

 

Además, la Corte le impuso la obligación al Congreso de legislar sobre el uso integral del cannabis. Sin embargo, luego de varias prórrogas e intentos, las Cámaras no lograron ponerse de acuerdo y nos quedamos sin ley.

 

Entonces, ¿qué hizo la Corte? Inició un procedimiento para “expulsar” de nuestro marco jurídico las normas que impedían las actividades relacionadas con el autoconsumo de cannabis y THC ―como sembrar, cultivar, cosechar, preparar, poseer y transportar―, con fines recreativos.

 

Eliminar esos artículos prohibitivos no resuelve el problema, por eso la Corte puso varias “tareas”:

  • Para la Secretaría de Salud y la COFEPRIS (cuyo jefe es López-Gatell): Otorgar permisos únicamente a personas adultas, cuidando que no se afecte a terceros.
  • No podrá consumirse frente a menores de edad ni en lugares públicos donde se encuentren personas que no hubieran brindado su autorización.
  • Tampoco está permitido conducir vehículos u operar máquinas peligrosas o cualquier otra actividad que pueda poner en riesgo o dañar a terceros.
  • Para el Congreso de la Unión: De nueva cuenta se le pidió generar las normas necesarias para que este derecho pueda ser ejercido responsablemente.

¿Entonces, es bueno o malo lo que se resolvió? ¿Qué faltó?

 

Sin duda, cómo dijo el Ministro Presidente Arturo Zaldívar, es una importante victoria en la batalla por la defensa de derechos. Sin embargo, hay un importante tema que ha quedado volando. Diversos expertos y organizaciones civiles han llamado la atención de que, además de haber invalidado la prohibición en la Ley General de Salud, lo importante era quitarla del Código Penal. Así que, la interpretación es que se deja un vacío legal con respecto al consumo, cultivo y distribución del cannabis.

 

¿Qué opinan AMLO y Gatell de la cannabis?

 

Ha sido público el hecho de que al Presidente de la República, el tema de la marihuana le incomoda mucho. De pasar a estar completamente en contra, luego consideró la legalización únicamente con fines medicinales y, más recientemente, hizo un llamado a la responsabilidad personal de las personas, ante el escenario de que se aprobara el uso recreativo.

Por su parte, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, no podría ir en contra de su jefe. Prefirió no opinar sobre el uso lúdico a pregunta expresa en una de sus conferencias pero sí se manifestó a favor del uso medicinal, hablando de sus ventajas para ciertos padecimientos.

De ahí que mucho se haya comentado que la verdadera razón por la que nunca se aprobó la ley de cannabis fue porque no querían en Palacio.

 

Pero todos quieren una rebanada de ese pastelote

 

Es tal el tamaño del negocio que tiene enfrente la 4T, que bien vale la pena dejar atrás sus principios. Justo cuando el gobierno federal ha emprendido una cruzada contra los vapeadores y productos electrónicos de tabaco por “nocivos”, ahora tendrá que encabezar un esfuerzo de implementación de una ley que elimine el enfoque de prohibiciones e incentive la inversión.

 

El punto es que el negocio no es nada despreciable. Estimaciones calculan que, en México hay alrededor de 2 millones 300 mil consumidores, con un valor de mercado de más de 3 mil millones de dólares, que es similar al monto recaudado del impuesto a tabaco y bebidas alcohólicas. Otros datos dicen que tan sólo en el primer año, podría haber un mercado de 250 millones de dólares.

 

La posibilidad de que una parte de los ingresos esté en la recaudación de impuestos al replicar el esquema del tabaco es muy apetitosa. Pero, no olvidemos que TODO (literalmente), debe pasar por la COFEPRIS.

Ahí las posibilidades son infinitas, cobrar por los permisos, además de todo lo que tiene que ver con la parte medicinal e industrial. Si se evalúa la relación de López-Gatell con las farmacéuticas, no es difícil imaginar los privilegios que dicho sector tendrá en el nuevo negocio.

Es claro que ante los ojos del presidente, López-Gatell ha hecho un excelente trabajo, tan es así que puede dejar en sus manos esta mina de oro. Resta esperar y ver si el gobierno de la Cuarta Transformación va por una legislación de derechos y salud pública o un mero negocio.