Lena K. es una joven activista colombiana que está inconforme con el abuso de la fuerza pública durante la jornada de protestas que han sido fuertemente reprimidas en todo el territorio de Colombia. Desde el 28 de abril que iniciaron, se tiene un amplísimo registro de agresiones por parte de los elementos de seguridad contra los manifestantes sin importar su género, condición o edad.
Desde su casa en Bogotá, con insultos al aire y un rostro iracundo, Lena compartió a EnVozMx que “han hecho un despliegue militar muy duro en las ciudades. “Nos están disparando y bombardeando… Anoche bombardearon barrios acá en Bogotá, lanzaban misiles y sonaba por todos lados” pero pese a ello, dijo “Lo positivo es que creo cada vez vamos más despertando, hay más personas en las calles resistiendo de las que se veía antes”.
Por su parte, Dahian C., fotógrafa colombiana que ha tenido oportunidad de retratar este momento histórico para su país, explicó que “la situación es complicada. En la noche se pone muy denso, pues la policía se aprovecha de los chicos que siguen saliendo de noche”. Al igual que otros jóvenes, reconoce que en la ciudad está sucediendo la misma represión que históricamente han vivido en otras regiones del país.
La paz prometida que no llega
Hasta hace apenas cuatro años, Colombia dejaba de aparecer en las noticias como uno de los países donde el conflicto social imperaba y se convertía en el referente latinoamericano para el sueño de la paz. En 2016, el ex Presidente Juan Manuel Santos ganó el Premio Nobel de la Paz por lograr el acuerdo entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP) y el Gobierno colombiano finalizado una guerra civil que tenía más de cincuenta años.
Sin embargo, no ha existido tranquilidad para el pueblo colombiano en el posconflicto. La Defensoría del Pueblo anunció que desde el 28 de abril hasta el 11 de mayo, había recibido el reporte de 42 muertos durante las protestas contra el Gobierno colombiano y otras 168 denuncias por personas desaparecidas que siguen sin ser localizadas.
Organizaciones sociales como Temblores ONG reportaron conocer de 1 956 actos de violencia física contra manifestantes entre las que destacan 28 agresiones oculares y 12 casos de violencia sexual. Al igual que en otras protestas en el cono sur, son los estudiantes y jóvenes activistas quienes están siendo víctimas de represión durante las protestas.
En abril se esparcieron rápidamente las protestas surgidas inicialmente a causa de la propuesta de reforma tributaria presentada por el actual presidente Iván Duque, la cual consideraba el incremento de impuestos en casi todas las mercancías para subsanar la crisis provocada por la pandemia. Esto fue una bomba de tiempo en un país que tuvo una tasa de desempleo de 15.9% en febrero de este año, la segunda más crítica del continente.
Fuente: Buen Ayre Visual
Duque acepta negociar con manifestantes por primera vez
Tal parece que las pérdidas económicas y la presión social lo han hecho cambiar de opinión, pues ha designado a Miguel Ceballos, Alto Comisionado para la Paz, para llegar a un acuerdo. Ceballos expresó que “El Gobierno nacional, a partir de este momento, está en la plena disposición de adelantar una mesa de negociación con el Comité Nacional del Paro, para avanzar en los temas de la agenda que acordamos con el acompañamiento de la Iglesia Católica y de las Naciones Unidas”.
El Presidente Duque llegó a la presidencia por el partido Centro Democrático en 2018, partido estrechamente relacionado con los empresarios y ganaderos beneficiados de la guerra civil y del cual Álvaro Uribe, su mentor, es líder. Públicamente, Uribe recomendó a Duque el hacer uso de la fuerza en lugares donde las autoridades perdieron en control, como en Cali, ciudad en la que los disturbios y saqueo salieron de control.
Esta no es la primera vez que las protestas se levantan contra el gobierno de Duque: en 2019 se dio una jornada de Paro Nacional con el fin de que el gobierno reconociera el asesinato de indígenas en el Cauca, así como los ataques contra líderes y lideresas en el territorio, tanto por agentes públicos como por organizaciones criminales.
En 2020, la jornada de protestas fue protagonizada por los estudiantes, quienes ante la falta de respuesta por parte del gobierno, vuelven a protestar enfrentándose en la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá contra el ESMAD (la policía antidisturbios). En dichas ocasiones, Duque no quiso negociar.
Posiblemente, al igual que en las protestas anteriores, el comité pedirá justicia y reconocimiento de todas las víctimas de violencia y asesinatos provocados por la fuerza pública colombiana, en virtud de su derecho a la verdad. Como el caso de Lucas Villa, un estudiante activista que murió tras recibir 8 disparos durante las protestas en Pereira, la ciudad más tranquila de Colombia o en Cali donde “Los ataques de civiles armados, algunos en presencia de la policía, en contra de la Minga Indígena en Cali son un reflejo de dinámicas de violencia que no cesan en Colombia y que se han acentuado en el contexto de las protestas sociales en el marco del Paro Nacional” de acuerdo con Erika Guevara Rosas de Amnistía Internacional en Colombia.
En México, el 10 de mayo, el Colectivo por La Paz en Colombia desde México (COLPAZ) se reunió en la plancha del Zócalo de la Ciudad de México, con la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y con el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la misma secretaría, Alejandro Encinas Rodríguez para la entrega de una petición que fue recibida favorablemente. El escrito dirigido al presidente Andrés Manuel López Obrador busca que se reconozca la solidaridad del estado mexicano con el pueblo de Colombia. De igual forma, compartieron la situación de represión, graves violaciones a los derechos humanos y la crisis humanitaria en el campo colombiano.