A veces siento que no puedo con todo, supongo que muchos de ustedes igual. Es como ver los días pasar sin estar presente, sin sentir que tenemos un propósito, como si todo lo que hiciéramos se desvaneciera con un simple suspiro.
Es por esto que he decidido escribir una pequeña guía de como pasar un día a la vez, para que nos cueste un poco menos existir.
Respira
Parece básico, pero hay momentos o situaciones en las que no recordamos que tomar un poco de aire nos ayuda a despejar la mente. A mi siempre me ayuda salir a caminar, salir por un café, fumarme un cigarro o hasta parar en seco y darme unos minutos solo para respirar profundamente.
Para esto hay una técnica llamada “la respiración 4-7-8” y siempre funciona, esta consiste en inhalar aire en cuatro segundos, mantenerlo dentro de tus pulmones siete segundos y sacarlo lentamente por ocho segundos. Ayuda a reducir la ansiedad, gestionar los impulsos, reduce la irritabilidad y también ayuda a conciliar el sueño.
Respirar es una acción que nos permite estar en el aquí y en el ahora. Con el tiempo he descubierto que es la única forma de llevar el día y la vida con calma.
Da pequeños pasos
No tienes que tener todo resuelto ni avanzar en grandes saltos. A veces, un pequeño logro, como hacer la cama o tomar un vaso de agua al levantarte, puede darte una sensación de propósito. Estos pasos, aunque parezcan mínimos, son señales de autocuidado y te ayudan a retomar el control. Enfócate en lo que puedes hacer ahora, en lo que es manejable para ti, sin compararte con otros.
Crea un ritual para empezar y cerrar el día
Establecer un ritual al inicio y al final de tu jornada puede hacer que te sientas más en paz. Esto podría ser escribir en un diario, leer un párrafo de un libro, o incluso preparar una taza de té o café mientras visualizas el día. Al cerrar la noche, dedica unos minutos para agradecer o reflexionar sobre los pequeños avances que tuviste.
Sé amable contigo mismo
Es fácil ser nuestro peor crítico, pero recuerda que estás haciendo lo mejor que puedes. Nadie tiene todas las respuestas ni siempre las herramientas para enfrentarse a los días difíciles. Cada vez que te veas a ti mismo criticándote o minimizando tus esfuerzos, imagina que hablas con un amigo; trata de ver la situación con la misma compasión.
Practica el mindfulness
El mindfulness, o atención plena, es una herramienta poderosa para ayudarnos a conectar con el presente sin juzgarlo. Practicar mindfulness no significa que debes meditar por horas; en realidad, puedes aplicarlo en cualquier actividad del día. Al comer, por ejemplo, presta atención a los sabores, texturas y sensaciones. Al caminar, observa cada paso, siente el peso de tu cuerpo y el contacto con el suelo.
Dedicar unos minutos al día para practicar mindfulness puede ayudarte a despejar la mente y a reducir el estrés. Intenta hacer una pausa consciente cuando sientas que estás en piloto automático: observa tus pensamientos sin apegarte a ellos, y permítete un momento de calma. Al ser conscientes de cómo nos sentimos y de lo que ocurre a nuestro alrededor, podemos experimentar cada día con más claridad y propósito, aunque solo sea un instante.
Recuerda que está bien sentirse perdido o sin rumbo a veces; es parte de la experiencia humana. Estos pequeños actos, como respirar conscientemente, dar pasos pequeños, y practicar mindfulness, son recordatorios de que cada día tiene algo que ofrecer, incluso cuando parece difícil verlo. No necesitas tener todas las respuestas, solo necesitas la voluntad de seguir adelante, un día a la vez. La vida no se trata de llegar rápido ni de cumplir expectativas externas, sino de encontrar momentos de paz y significado en el camino, sin importar lo pequeño que parezca.