A veces cuesta aceptarlo: no todos los trabajos son espacios donde crecer. Hay oficinas que apagan tu creatividad, que drenan tu energía y, peor aún, que normalizan conductas misóginas disfrazadas de “chistes”, “comentarios ligeros” o “cosas de la cultura laboral”.
Si estás pensando en renunciar porque ese ambiente ya no es para ti, aquí tienes algunos tips para hacerlo de manera consciente y cuidando tu bienestar:
Reconoce que no es tu culpa
Un ambiente hostil no define tu valor profesional. Muchas veces en lugares misóginos te hacen sentir que “eres muy sensible” o “no encajas”. La realidad es que nadie debería tolerar discriminación ni faltas de respeto.
Planea tu salida
Antes de renunciar, organiza lo básico:
- Ten un ahorro que te dé respiro mientras buscas algo nuevo.
- Actualiza tu CV y tu perfil en LinkedIn.
- Haz una lista de contactos que puedan recomendarte o abrirte puertas.
Esto te dará seguridad para dar el paso sin sentir que saltas al vacío.
Documenta lo que vives
Si has sido víctima de comentarios misóginos, acoso o discriminación, guarda evidencia. Aunque decidas no denunciar, tener un registro puede servirte en el futuro y también te ayuda a validar que lo que viviste fue real, no exageración tuya.
Cuida cómo comunicas tu renuncia
Al momento de dar el aviso, mantén la calma. No tienes que dar demasiadas explicaciones ni justificar de más. Una respuesta breve y profesional basta: “He decidido tomar otro camino profesional, gracias por la oportunidad”. Tu bienestar está primero.
Rodéate de apoyo
Hablar con amigas, colegas o incluso con una red de mujeres profesionales puede ayudarte a sentir que no estás sola en esto. Compartir lo que vives es también una forma de resistencia.
Recuerda lo que mereces
Renunciar no es un fracaso: es un acto de valentía. Dejar un lugar donde no eres feliz es abrirle espacio a uno donde sí lo serás, donde tu talento será valorado y tu voz respetada.
Salir de un trabajo misógino es también un gesto de autocuidado y amor propio. Porque no se trata solo de tener un empleo, sino de estar en un espacio donde crecer sin miedo, sin silencios y sin tener que encogerte para encajar.