La violencia no siempre deja marcas visibles. En ocasiones, se disfraza de bromas, actitudes o palabras que minan nuestra autoestima y distorsionan nuestra percepción de la realidad. Esta forma de violencia, conocida como violencia no tangible, es sutil, pero sus efectos pueden ser igual de devastadores que los de una agresión física.
La violencia no tangible incluye comportamientos como el sarcasmo hiriente, las críticas constantes disfrazadas de “sinceridad” y la manipulación emocional. Por ejemplo, frases como “Eres demasiado sensible” o “Es solo una broma, no exageres” pueden parecer inofensivas, pero son tácticas comunes que invalidan nuestros sentimientos y nos hacen dudar de nosotros mismos. A menudo, el agresor utiliza estas estrategias para ejercer control sin que parezca evidente.
Otra forma de esta violencia es el gaslighting, o luz de gas, donde una persona manipula a otra haciéndola cuestionar su memoria, percepción o juicio. Comentarios como “Eso nunca pasó” o “Estás imaginando cosas” son claros ejemplos. Este tipo de abuso puede llevar a la víctima a sentir que está perdiendo la cordura, debilitando su confianza personal y su capacidad para establecer límites.
Entonces, ¿cómo identificar la violencia no tangible? El primer paso es escuchar nuestras emociones. Si constantemente nos sentimos incómodos, inseguros o confundidos en una relación, es una señal de alerta. Las personas que nos rodean deben fomentar nuestra confianza y bienestar, no sembrar dudas ni miedo. También es útil observar patrones: la repetición de conductas que nos hacen sentir menos o culpables rara vez es casual.
Es crucial recordar que no estamos solos y que tenemos derecho a una vida libre de violencia, tangible o no. Hablar con amigos, familiares o buscar ayuda profesional puede ser una forma efectiva de salir de estas situaciones. Reconocer esta forma de abuso es el primer paso para erradicarla.
La violencia invisible deja huellas profundas, pero identificarla y actuar frente a ella nos permite recuperar nuestro poder. Merecemos relaciones donde seamos valorados, respetados y amados por quienes realmente somos.