A pesar que en el 2020 la importación de vapeadores o cigarros electrónicos, como también se conocen, estaba prohibida en México, en junio pasado la Secretaría de Economía autorizó su ingreso al país.

Entre los dispositivos que se beneficiaron de esta decisión se ubica el IQOS, de la tabacalera Phillip Morris. La firma ganó un amparo en noviembre del año pasado, el cual le permitía comercializar su dispositivo en territorio nacional.

Sin embargo, la Secretaría reiteró la prohibición de los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN) y los Sistemas Similares Sin Nicotina (SSSN). La prohibición también aplica para los productos líquidos, y otros, que utilizan los vapeadores.

Varios usuarios y personas que comercializan este tipo de cigarros buscan ampararse contra el decreto presidencial que prohíbe el uso y la venta de estos dispositivos.

Los cigarros electrónicos funcionan con pilas. Contienen cartuchos llenos de líquido que suele tener nicotina, saborizantes y sustancias químicas. El líquido se calienta y se convierte en vapor que la persona inhala.

Empresas comercializadoras argumentan que los vapeadores ayudan a las personas a dejar el cigarro tradicional, sin embargo, esto no está comprobado científicamente. 

En el país están catalogados como “altamente dañinos” para la salud humana. Por contener sustancias potencialmente dañinas como compuestos orgánicos volátiles, partículas finas y metales pesados vinculados a enfermedades respiratorias.

Aunque hay expertos que especulan que pudiera producir menor toxicidad que el cigarro convencional, recuerda que no hay estudios que lo demuestren, por ello, es mejor que antes de probarlo, te cerciores bien cuales son sus pros y contras.