El sexo vende y nunca se agota. En términos de ficción, los últimos años del siglo XX y la revolución digital e informática del siglo XXI habilitaron espacios de creación plataformas streaming de por medio en los que, más que de narrar historias de sexo, se comenzaron a narrar sexualidades. 

Bonding (2019-2021) cuenta las peripecias de Tiff, una aplicada estudiante de psicología que de noche se transforma en Dominatrix y su mejor amigo Pete, un joven con miedo escénico y aspiraciones de ser comediante, quien acaba siendo guardaespaldas de Tiff en sus encuentros sadomasoquistas.

https://www.youtube.com/watch?v=XXuBwwZvruI

Lo atípico del dúo permite explorar un (¿todavía?) sub-mundo del que la pantalla chica habla poco y, cuando lo hace, deja mucho que desear. 

En tiempos de franquicias como 50 Shades of Grey, y sus pésimas imitaciones subsecuentes, la categoría de Bondage, Disciplina, Dominación, Sadismo y Masoquismo (BDSM) como categoría sexual ha sido tratada de manera fácil y superficial. Normalmente se retrata como un elemento kinkyestéticamente atractivo para la cultura pop, más que como una práctica conformada por una comunidad con un acercamiento particular al deseo y al placer.

Mientras E.L James, autora de 50 Shades of Grey, explora los bajos instintos de un guapo multimillonario con el mundo a sus pies y en Polonia se escriben bodrios cuya mezcla entre mafia y sexo acaba resultando pésimsoft porn, el escritor Rightor Doyle hizo de su historia una serieque recrea cómo poco después de asumirse homosexual fue guardaespaldas de su mejor amiga de la universidad, una Dominatrix, cuya verdadera identidad se niega a revelar. 

Protagonizada por Zoe Levin y Brendan Scannell, Bondingaborda las vidas personales de la comunidad BDSM y su interacción con el resto de la sociedad. Miss May y Carter, nombres de sus alter egos vestidos de cuero, se saben cada vez más incapacitados para mantener su vida personal fuera de su profesión, evidenciando las miradas que recaen sobre ellos como parte de una minoría fácilmente incomprendida. 

https://www.youtube.com/watch?v=C0Kx3imGLvU

CONTROVERSIA EN LA COMUNIDAD BDSM

La primera temporada de Bonding, emitida en 2019, desató una serie de discusiones en la comunidad BDSM, que acusó a Doyle de retratar “estigmas y clichés” de los trabajadores dedicados a estas prácticas. El escritor respondió que, si bien “Tiff y Pete no son perfectos”, tampoco él lo es, por lo que,aunque Bonding esté basado en un capítulo de su vida, buscaría sumar miembros de la comunidad a la conversación para “aprender y crecer juntos” en la segunda temporada.

https://twitter.com/bondingnetflix/status/1217989917776605186

En una entrevista para The Daily Beast, aseguró que la relación entrre Pete y Tiff es una extensión de su propia experiencia en el mundo BDSM como hombre gayrelacionado con mujeres heterosexuales, unidos entre sí por un lazo (bondque excedía sus preferencias sexuales

Así, la segunda y última temporada de la serie explora las vidas sentimentales y económicas de la comunidad a lo largo de ocho episodios. Concluye que parte del trabajo es sumar gente a la conversación y apoyarse entre todos como profesionales de un medio complejo y parte de una minoría, aún no del todo bien recibida.  

BREVEDAD Y POCA DIFUSIÓN 

Ningún episodio de Bonding dura más de 20 minutos. Siguiendo la inmediatez de los tiempos y la eterna competencia por la generación de contenidos, la serie cuenta una historia, aunque breve, suficiente y efectiva que puede verse en pocas horas.

Si bien la segunda temporada fue anunciada en enero de 2020 y llegó a Netflix un año después, el tráiler de la última entrega obtuvo apenas 250 mil vistas que, en comparación con el más de millón y medio de vistas de la primera, relegó a la serie, perdida en el enorme catálogo de Netflix, incluso el día de su estreno.